jueves, julio 26, 2007

ÁNGEL DE LA MUERTE, DULCE COMPAÑÍA

Imagen: Oscar, gato residente de la sección de Demencia Avanzada del hospital de Rhode Island. Tomada de Yahoo News, UK and Ireland.

El punto de vista humano de las cosas suele ser bastante monótono, limitante y engañoso. Y esa telaraña de relaciones humanas en la que cada vez nos enredamos más trata de imponérnoslo todo el tiempo. Menos mal, tenemos humanos excéntricos, y vertebrados no-humanos que con su ejemplo nos pueden dar un pequeño vistazo de cuán arbitraria es nuestra percepción de las cosas, y de que el hecho de que tengamos una mente sofisticadísima para acomodarnos y también para autoengañarnos no implica que nuestro punto de vista sea supremo.

Toda esta diatriba misantropical viene a una noticia que me encontré en uno de mis servidores de correo sobre el gato de planta del ala de demencia senil del hospital de Rhode Island, que de manera impecablemente desprendida proporciona un sofisticado servicio técnico y "humanitario" al hospital. El gato sabe cuál es el siguiente paciente en morir, y le hace una visita compasiva y alentadora, para que muera un poco más feliz.

Como son pacientes de demencia senil, su mente no está en condiciones de amargarles el trámite con pataletas de apego neurótico. No están en condiciones de darse cuenta de que el honor de recibir sus caricias es algo para lo que el gato otorga prioridad a los que "tienen un pie en el otro barrio".

Como pueden ver en la foto, el gato tiene el mismo desprecio de todos los gatos por los simios rosados, pero al mismo tiempo, algo parecido a la "impecabilidad del guerrero" de Castaneda lo mueve a retribuir al hospital la comida que le ahorra el trámite de salir a cazar.

Pueden hallar la noticia en español en el Nuevo Herald (la segunda foto la tomé de ahí)

25 comentarios:

Anónimo dijo...

Bueno, no me extraña en realidad. Los animales tienen más facultades que mear y cagar en los tapetes.

Conozco el caso de una persona que salía a trotar todos los días con sus perros hasta que una vez los perros se pararon a mitad de camino y le ladraron hasta hacerlo detener. Cuando el viejo se paró a hablar con los perros le dio un pre infarto y gracias a que no habían recorrido toda la distancia los perros lo pudieron sacar al camino halándolo de la camisa. ¿Coincidencia? Puede ser pero cada vez toma más fuerza la creencia en la percepción de los animales. Algunos anuncian temblores y otros, como las vacas, dejan de comery se aislan cuando se acerca una tormenta así en el cielo no haya signos visibles de borrasca.

Muy buen post Lanark. Saludos.

Ángela Perversa dijo...

Bueno Lanark, y fíjate que sí, que los animales son más agradecidos y DECENTES que muchas personas.
Un abrazo, hace mucho no pasaba por acá y bueno, me pondré al día leyendo un rato.

Andrés David dijo...

No es la primera vez que me entero de un caso así. Una amiga ha vivido cosas parecidas de primera mano, casi siempre con gatos.

La vaina puede parecer mágica pero no es descabellado invocar las diferencias en los sistemas de percepción de cada especie como base para el comportamiento de Oscar. Cambios en el metabolismo del moribundo que ocasionan cambios en su olor, ritmo cardiaco, respiración, etc., pueden ser detectados con facilidad por los animales.

Los ejemplos de Bilioso son claros al respecto. En Cali viví muchas veces el silencio de los pájaros antes de un temblor, hasta el punto que cuando callaban por otra razón yo me quedaba esperando el sacudón.

Saludos.

Anónimo dijo...

Si, esto no es tan paranormal, se q algunos epilépticos q tienen como mascota un perro,son beneficiados por la predicción q hacen los animales de un próximo ataque. Pasando a cosas mas raras una vez mi perra se sentó a aullar , durante mas o menos media hora, sin salir de su cama ( y no estaba enferma) algo q no volvió a pasar después, el caso es q al otro día nos llamaron muy temprano porque había muerto un amigo de mis papas.

Nos pillamos mi estimado Lanark

Kyboy dijo...

Nunca sobra una buena compañía para el bardo. A mi me tocó acompañar a Patricia.

Buena suerte la de esos dementes. por lo menos la vida los compensa aunque sea en la muerte.

Ese gato es un Bodhisatva.


Miau.... (Oscar)

Lanark dijo...

Bilioso: Si, es bien claro que los animales a veces tienen habilidades impresionantes para percibir. Y eso tiene, claro, su lado práctico. Pero espero que también nos pueda dar algo de perspectiva de que son posibles otras maneras de ser conciente, no sólo la humana, y esa perspectiva pueda hacernos un poco más humildes y respetuosos con otras especies. Incluso con especies como esos uribistas de los que hablaste por ahí.

Perversita: Qué bueno tenerte de vuelta. Hay algo en la simplicidad (que a veces no lo es tanto) del comportamiento de los animales que lo hace parecer transparente y puro al lado del comportamiento truculento humano. Aunque sin toda esa parafernalia que nosotros podemos poner con nuestra mente, ellos también son capaces de comportamientos que podríamos considerar malignos. Pero, claro, eso es nuestro punto de vista, igual que considerar otros como bondadosos. En todo caso, uno no puede evitar a veces conmoverse por historias de fidelidad canina o generosidad felina.

Andrés David: Así es, pareciera que nuestra manera tan verbal y visual de percibir viene también con la incapacidad de sentir cosas más sutiles. Por cierto, por ahí me encontré el El artículo del New England Journal of Medicine donde el doctor Dosa habla de Oscar. No se si la publicación es abierta o si puedo acceder por estar registrado por la Universidad, vale la pena intentar. Al que quiera, de todos modos, le puedo mandar el pdf.

Cgiovanny: Ah, si, esas hazañas telepáticas con la que sorprenden los perros son algo que desafía la explicación bioquímica usual basada en su olfato prodigioso. Quién sabe cómo funcionará ese vínculo que establecen los perros con las personas que les son cercanas... ¿será un efecto cuántico? (lo digo medio en chiste y medio en serio)

Kyboy: Si, yo estoy seguro de que una compañía adecuada es una gran ayuda para morir plácidamente. Obviamente no hablo de gente apegada que grita "no te vayas, no te vayas"... Es mucho mejor una actitud gatuna.

Suena bien "Oscar el Bodisatva", ¿no? jejeje

Anónimo dijo...

Ah no, es que con esos animalitos hay que ser duro. Si se quiere implacable. Llevan en sus cuerpos la Shigella como las cucarachas y donde orinan dejan la leptospira. Son animales muy dañinos y como haya una segunda reelección van a acabar con lo poco que quede en pie de Colombia.

Nowhereman dijo...

Pues eso tambien lo hacen los chulos y gallinasos no? :p
hablando enserio, impresionante, siempre he creido que la realidad es muy superior a los sentidos con los que los humanos contamos, por eso es que el materialismo me deja muchas dudas... aunque eso no quiere decir que me valla de metafisico, me parece que es el otro polo... no se, hay que seguir aprendiendo del otro, y que ese otro no solo sean humanos sino tambien animales y la vida misma... Chevere tu blog, saludos

shoegazer dijo...

No sé qué tenga de misterioso...
Seguro uno antes de morirse segrega alguna vaina (no los 21 gramos de alma), y el gato va a ver si lo que se murió es comestible. Pero siempre se lo llevan tapado con una sábana antes de que pueda empezar a devorarlo.

Que los animales perciben cosas que uno no, no tiene nada de raro. Algunos ven en infrarrojo, otros tienen mejor olfato, otros perciben bajas o altas frecuencias... eso no les da poderes sobrenaturales ni adivinatorios. Nosotros percibimos montones de cosas que ellos no; por ejemplo, ¿cómo sabe un perro que un ensayista está siendo irónico?

Lanark dijo...

Bilioso: En algún otro post había sugerido la analogía de esa especie con los saltamontes (Acrididae) en su etapa de enjambre, cuando se constituyen en la proverbial plaga bíblica. De modo que tal vez sea sólo una etapa virulenta de una especie que en sus otros regímenes poblacionales es pacífica y poco problemática.

Nowhereman: Jaja si, no había pensado en los carroñeros. Pero esos se demoran un poco más, excepto cuando es bastante obvio que van a tener su banquete pronto, como en los dibujos animados. Recuerdo que Santiago Moure y Martín de Francisco decían que ellos tenían dos gallinazos que los seguían a todas partes, por si acaso.

Acerca del misterio, yo creo que eventualmente todo eso lo va a poder explicar la ciencia. Creo que ya hemos llegado a un punto en que podemos aspirar a explicar los fenómenos que ocurren a través de la bioquímica, pero aún falta un poco para explicar los que están relacionados con coherencia de largo alcance (estados tipo "gato de schrödinger", o tipo superconductor o superfluido, de los cuales hay evidencia en el tejido nervioso).

Pero en últimas, creo en las explicaciones científicas, al menos para este tipo de cosas.

Shoegazer: Reitero mi creencia en la posibilidad de una explicación científica de todo esto.

Para el comportamiento del gato, tendríamos que contentarnos con una explicación un poco menos simplista que la de su habilidad, pero, por lo pronto, me encanta tu teoría del gato antropófago. En su cara puede verse que es perfectamente capaz de alimentarse de simios rosados. Excepto tal vez por el hecho de que ningún felino, que yo sepa, es carroñero; todos comen presas recién cazadas, a menos que se trate de latas o paquetes cazados en supermercados.

Difícil que un perro capte la ironía en un ensayo escrito. Pero no tan difícil que lo capte en una persona charlando. De hecho, se sabe que entienden la intención mucho más que el contenido.
Recuerdo la anécdota de Konrad Lorenz sobre una pastora alemana que le propinaba un mordisco en las nalgas al director cuando le decía a Konrad algo así como que no lo iban a tomar en serio porque era muy joven. Esa está en "Hablaba con las bestias, los pájaros y los peces", libro divertidísimo de anécdotas personales del padre de la etología.

Una Papita dijo...

Bueno, pues hasta donde yo sé lo que no perciben es la ironía pero sí los cambios en la entonación de la voz. Esto los gatos y los perros. Eso explicaría lo de los mordiscos. Por eso uno puede decirle "bestia inmunda" a un perro con tono de consentido y batirá el rabo. Lo sé, me ha pasado con la chanda mía (a la que por cierto quiero mucho, no piensen mal). Ahora bien, que por qué este animalito sabe quién está con un pie aquí y el otro en el más allá, pues ni idea. Pero ese gato tiene una cara de malo en la primera foto, ola, como "já, pobre idiota este fotógrafo".

Anónimo dijo...

Señor Lanark: este post me obliga a detener mis enajenantes labores para pasar nuevamente a saludarle, toda vez que mis perros ocupan casi un 60% de la definición de mi existencia. Aunque me queda claro que la agudeza de algunos sentidos perrunos y gatunos poco y nada tiene que ver con que sean infinitos!, me remito a un post en el que usted cruzaba el límite de la explicación racional y tomaba una senda estética que no se deja describir tan fácilmente (en un puente sobre el río Kelvin, si me asiste la memoria), y creo que allí está el meollo. Yo creo firmemente en que hombres y perros se deben su mutua supervivencia y evolución, unos porque pudieron defender sus asentamientos y otros porque aseguraron su alimento (negociación simbiótica como pocas, salvo la de los líquenes, tal vez). Pero todo este intríngulis biológico es lo de menos frente al placer de ver a los perros de uno batiendo la cola y esperando salir a correr detrás de un palo para recogerlo.

Y sí, desde luego mis perros me han despertado a la media noche para salir de la casa porque va a haber un temblor, o se han quedado cuidándome a una distancia segura tras una cirugía de peritonitis (de alguna forma supieron que yo andaba en un riesgo serio de infección), o han distinguido oportunamente atracadores entre personas " de a pié" y mil cosas de esas. La tapa fue el día en que a mi labrador tuvieron que hacerle una pectinectomía porque la displasia la estaba matando del dolor, y la enfermera a cargo de su recuperación fue una gata. La historia urbana detrás de esto es que la gata alguna vez le perteneció a una doña amante de los bichos, doña que en su momento falleció y cuyos comportamientos fueron “transferidos” a la gata. La nota escalofriante es que mi labrador ha corrido detrás de cuanto gato se ha cruzado en su camino, excepto en esta ocasión. Y no por su condición de displásica, pues he de rematar el cuento con el no menos paranormal epílogo de que se recuperó de la cirugía en menos de 6 horas. El veterinario, que entre sus sanas costumbres tiene la de filmar sus intervenciones y prescribir medicinas homeopáticas, me pidió permiso para emplear el material (radiografías, videos, músculos pectíneos retirados) en sus clases de universidad.

Y aunque mis perros no hicieran cosas “de esas”, igual seguirían siendo una vaina muy metafísica y punto.

Un abrazo, señor Lanark. Y a la memoria del Alfito.

Lanark dijo...

Angelus: Entre las dos especies, perros y gatos, aunque la relación se haya vuelto más parecida en los últimos 200 años, ha sido históricamente bastante distinta. Los perros son socios de vieja data, y los gatos son pequeños (y adorables) tiranos recientes. A los gatos, la verdad, les toca la parte más misteriosa, como muestro más adelante. Y, como también muestro más adelante, la mirada gatuna es algo a lo que los simios rosados no podemos ser indiferentes, cosa que desde luego no es correspondida.

La forma cómo les hablamos a los perros siempre me ha parecido a mí una lección sobre lo no-verbal del habla. El "no es lo que dices, es cómo lo dices" de "Sex and the City". A mi, me encanta ese ejercicio de separar la forma del contenido. Como cuando le cantaba a una basset hound hermosa "soy un perro feo... feo, feo, feo".

Anónimo 60% canino: Acerca de perros y gatos, ya que mencionas la cosa evolutiva, no me aguanto sin hablar de eso.

los perros evolucionaron con nosotros, y de hecho nos permitieron evolucionar. Hay teorías que dicen que delegarles a ellos las tareas olfativas nos permitió modificar nuestra cara para poder desarrollar lenguaje verbal articulado. Es decir, pasar del hocico a la boca. Y los perros ya desde antes eran bichos sociables, que cazaban y vivían en manadas con unas relaciones sociales bastante flexibles y complejas. Por eso, ellos tienen facilidad para percibir estados de ánimo y relacionarse afectivamente.

Los gatos, en cambio, evolucionaron como animales solitarios. El tiempo que han estado con nosotros es nada, evolutivamente hablando. Se sabe que el repertorio comportamental que utilizan con nosotros viene de su comportamiento de cachorros: es decir, aprendieron a explotar nuestro instinto maternal, algo tan básico e instintivo, que podemos decir que es de mamífero genérico. Un bebé de foca nos inspira más ternura que uno humano, a menos que estemos en "viaje de hormonas" paternal.

Yo añadiría que probablemente los gatos también tienen a su favor nuestra fascinación con otro socio evolutivo. Generaciones de homínidos vivieron bajo la amenaza de leopardos y similares, que a su vez tuvieron a nuestros antepasados por viandas. Cuando el homínido comenzó a tostarse, le dio un lugar privilegiado a la mirada felina en su iconografía, y eso de alguna manera nos sigue fascinando. Directamente, desde "la noche de los tiempos".

El incidente de la gata enfermera, se escapa con mucho de una explicación evolutiva, eso sí. Tal vez, hasta el del angel de la muerte, a menos que sea lo que dice Shoegazer.

Las amistades inter-especies son de lo más chévere que hay. Me acuerdo cuánto me conmovió una historia sobre la amistad entre un gato y un toro que leí en Selecciones del Reader's Digest. Y las que se establecen entre perros y caballos. Y desde luego, perros y gatos. Incluso, juraría que vi en el mismísimo antejardín del Departamento de Ciencias de la Computación, a un gato jugando con un conejo, en términos increíblemente excentos de violencia y terror, que tengo la tentación de calificar como "respetuosos".

Gracias por el comentario, y por honrar la memoria del Alfeo.

shoegazer dijo...

Eh ave maría. Cuánta melosería.
Ustedes sí que son muy místicos.
Yo he tenido como 17 perros y un gato. Y los he querido mucho. Pero todos han sido muy, muy brutos. Cariñosos, divertidos, bonitos, lo que sea, pero a ninguno le he encontrado habilidad alguna que me haya hecho pensar en "una vaina muy metafísica". De nuevo, ¿que hacen que no podamos hacer? ¿Nunca han visto una película sin entender el idioma? Uno también descifra sentido por entonación, no sólo por sintaxis.

La relación evolutiva que tenemos con esos bichos claro que es chévere, pero precisamente muestra que no hay nada de misterioso en lo que hacen por nosotros. Los usamos, nos usan (sobre todo los gatos). Si vamos a ser consecuentes, y a suponer que no existe una jerarquía tan clara de inteligencias y que esos animales son medio iguales nuestros, entonces no nos debería asombrar que hagan cosas que nosotros hacemos sin ningún misterio, como cuidar enfermos, mostrar afecto y compasión. Por cierto, yo no creo que ninguna de esas conductas tenga nada de metafísico, ni entre humanos ni entre animales, y creo que la bioquímica, la evolución y la competencia por recursos escasos explican todo lo que hay que explicar en esta materia.

Kyboy dijo...

Definitivamente la bioquímica, la evolución y la competencia por recursos escasos no explican por qué y para qué Oscar se anticipa a la muerte, por lo menos no todavía.

“Lo inalcanzable en los animales: cómo te ven ellos”.
Elias Canetti

shoegazer dijo...

kyboy dijo:
"a bioquímica, la evolución y la competencia por recursos escasos no explican por qué y para qué Oscar se anticipa a la muerte"

A mí me parece que al menos explican cómo. En la noticia publicada, dicen que el gato huele a todos los pacientes y se queda con el que va a morir. Evidentemente, entonces, se trata de una cosa química que él detecta con el olfato. No me parece nada improbable que una persona que se está muriendo huela ligeramente distinto.
Ahora, ¿por qué y para qué? Yo apostaría a que no es una visita compasiva. Y me imagino que será uno de esos comportamientos sin mayor función, vestigio de un comportamiento antiguo o algo así, como la costumbre de los perros de dar vueltas antes de echarse.

Lanark hablaba de la "monotonía" de nuestro punto de vista. El de los animales es infinitamente más monótono. Al sacrificar el olfato para desarrollar el habla (¿gracias a los perros?) tuvimos que inventarnos remplazos simbólicos para todo lo que perdimos; así, mientras dos perros se huelen y establecen sus jerarquías en treinta segundos, nosotros tenemos que mirar la ropa, la forma de caminar, lo que dice la otra persona y la forma en que lo dice, tener una cantidad de referencias para poder ubicarlo y saber cómo comportarnos. Eso complica las cosas, pero también nos da un poco más de libertad de acción. Un perro o un gato jamás va a cuestionar esa jerarquía que olfateó. Los humanos estamos en obra negra, somos imperfectos pero flexibles.

Anónimo dijo...

Y bueno, yo creo que la melosería es una parte esencial de esa evolución simbiótica entre hombres y bichos, y no lo veo tan simple como lo presenta Shoegazer. De ser así, creo que habría algunos cientos de especies con los cuales habríamos podido establecer sociedades basadas en competencia por recursos escasos mucho más eficientes que con los perros o los gatos. Para mí queda claro que tigres en circos o chimpancés en laboratorios no son ejemplos de mutua evolución, por lo cual no caben en mi afirmación anterior. Pero chimpancés y tigres bien pudieron ser compadres evolutivos, igual que halcones, delfines, serpientes, etc. Pero no: fueron los perros y los gatos, a lo largo y ancho del planeta. Y ya entonces no me parece muy claro el "cómo", pues creo que estaría un poco incompleto, lo mismo que el "por qué" y el "para qué".
Ahora, creo que basta ver a un San Bernardo parado al lado de un Chihuahua para darse cuenta que de monótonos los perros no tienen un pelo, sobre todo si pensamos que ambos vienen del mismo lobo. Claro, los humanos intervinimos sus procesos e inventamos miles de razas, pero estamos seguros de poder hacer lo mismo con guepardos, por ejemplo? y por qué no lo hemos hecho?

Anónimo dijo...

Desde luego no puedo estar más de acuerdo con Shoegazer... Suscribo sus comentarios desde la primera hasta la última palabra.

Parece que se está poniendo de moda -vía USA, por supuesto- esa especie de interpretación cósmico-romántica que tiende a sobrevalorar algunas cualidades -la mayoría exageradas, por no decir directamente imaginadas- de muchos animales mamíferos.

Y a mí sólo se me ocurriría decirles lo siguiente: Tengan cuidado, señores, y no cometan la osadía de creer que el hombre moderno es tan tonto y ciego como a veces nos gusta imaginarlo, no vaya a ser que en un exceso de misantropía y romanticismo acaben como el último de los antihéroes megalómanos de Werner Herzog, que de tanto cagarse en el hombre racional y de tanto admirar la naturaleza acabó siendo devorado por un oso...

http://www.filmaffinity.com/es/film245053.html

Como bien dijo el primer Wittgenstein (aún no idiota del todo): "Dejémonos de pijadas trascendentales y admitamos de una vez que todo está tan claro como un puñetazo en la mandíbula".

Lanark dijo...

Shoegazer: jeje por alguna razón todo el mundo me cree más metafísico de lo que yo me siento... supongo que como todo el mundo, decidiré que yo estoy bien y el resto del mundo está equivocado, jajaja

Parte de la discusión es un malentendido: yo se que cuando hablas de lo que la ciencia puede explicar, no te refieres a lo que ya está claramente explicado en artículos científicos, sino a lo que eventualmente va a llegar a explicarse si no se acaba la civilización primero. Por ejemplo, nadie puede decir cuáles son las sustancias que detectan los gatos en los moribundos; eso sería un descubrimiento maravilloso que reportaría millonarias ganancias. Pero es bastante probable que alguna vez se descubran.

La investigación sobre las sustancias involucradas en procesos cancerosos lleva un par de décadas y unos cuantos billones de dólares, pero aún no se tiene el catálogo completo de sustancias, para decir cuáles son las que ciertos perros entrenados detectan. Pero algún día se tendrán.

Los temblores, probablemente los detecten vía oscilaciones de baja frecuencia, pero hasta ahora nadie ha probado que los animales sean sensibles a eso. En parte, porque no hay mucho interés en saberlo.

Etcétera

Otra cosa, es la riqueza del comportamiento. Desde luego, el hombre es el animal más flexible que existe, tanto en lo que respecta a procesar información, como incluso a moverse en distintos medios y circunstancias.

Pero el comportamiento de los animales, no es uno solo. No es que haya un repertorio humano y uno no humano, sino uno por cada especie. Cuando digo el comportamiento de los animales incluyo al hombre, y es una tautología decir que el comportamiento de los animales es más variado que el del hombre.

Lo otro, es el punto de vista. Eso ya necesariamente se vuelve hasta cierto punto metafísico, porque incluye un observador. ¿cómo es la experiencia del mundo para un perro? Seguramente más restringida y pobre que la de un humano, pero definitivamente tendrá cosas que la del humano no tiene. Nuestro sistema nervioso más desarrollado nos da más capacidad de felicidad y de sufrimiento, entre otras cosas, pero me parece absurdo asumir que abarca lo que pueda vivir un animal.

Cuando yo me quejo de lo estrecho del punto de vista humano, me quejo de que el vivir en una sociedad humana nos limite nuestra experiencia del mundo. Yo creo que ganamos algo al estar en contacto con otras formas de ver el mundo, así ellas sean más restringidas en variedad que la nuestra; de todos modos abarcan cosas desconocidas para nosotros.

Kyboy: La cita de Canetti va justamente a mi punto, mucho mejor que yo, desde luego. No me extenderé en la frase para no echarla a perder, pero sí animo a todo el que quiera a que piense en ella; es difícil pescarle la idea, si es que es una sola, pero vale la pena la quebradera de cabeza. Cada palabra de esa frase es la palabra exacta.

Stavrogin: Desde luego, no está de más anotar que yo no sugiero dejar de sacarle el mayor provecho al punto de vista humano en las áreas donde precisamente puede darnos más: la razón. En eso, el punto de vista humano es el más rico que conocemos. Lo que me parece terrible es que haya quien cree que aprovecha su condición de humano aferrándose a una fe ciega, a unos afectos fuera de control, o a un embrutecimiento dentro de una manada. En esos terrenos, somos pálidos émulos de otras especies. Jamás haremos el tonto simpático como un perro atolondrado, ni el feligrés perfecto como una oveja. Tal vez los gatos puedan llegar más cerca que nosotros a ciertas interpretaciones del superhombre de Nietzsche... ¿el superhombre es gato?

Sospecho que nuestro amigo el autor de "Politeísmos" tendrá algo que decir al respecto...

Kyboy dijo...

¿Cómo o por qué razón el gato sabe quien va a morir y para qué demonios lo acompaña en la agonía? A pesar de lo que nos digan nuestros amigos los escépticos, todavía es un completo misterio.
Afirmar que es por el olfato no es más que una simple especulación, aunque es posible que así sea. Aunque pueda deberse también a otra capacidad sensorial aún desconocida. De todos modos es muy poco probable, por ejemplo, que una persona huela a muerto dos horas antes de un paro cardíaco o de un derrame cerebral. Si esto fuera cierto, el olfato de los médicos ya lo habría detectado hace mucho y ganarían mucha más plata con menos esfuerzo.
Que el gato decida acompañar al pobre demente porque quiere devorarlo al final, eso si que no se lo cree nadie. Solamente personajes diabólicos y despiadados como Shoegazer o Stavrogin… jeje.

Hay megalómanos que terminan siendo devorados por osos, pero también hay otros que terminan pegándose un tiro.

Anónimo dijo...

Estoy con shoegazer. No es nada paranormal. Antes de morir, empezamos a apestar seguro. No sólo existe la cadaverina. El gato, animal sumamente inteligente que pone al humano al nivel que le corresponde (al de los muebles, a un gato le importa un carajo rascarse contra una pierna o un sillón), intenta prestar un servicio al hospital y deshacerse de los antihigiénicos cadáveres, pero al pobre nunca le dejan.

Aunque un gato psíquico que acude a devorar los 21 gramos del alma también me parece interesante. MUCHO. Lo mismo hasta hago un relato...

Salud, Lanark.

Anónimo dijo...

Ya me leí todos los comentarios. Y SÍ, en realidad tengo muchísimo que decir en contra del hombre y a favor de cada bicho con instinto del planeta (en mi clasificación antilineana, no sé dónde pondría a algunos primates, que tienen conductas repugnantemente humanas, tales como el aprendizaje cultural del manejo de palos: asqueroso. Si la naturaleza no te ha dotado de un buen pico alargado para comer hormigas, te jodes y comes hojas. Si no puedes, te mueres. A tomar por culo).

Claro que habrá quien me tache de bestia, animal, salvaje, seguidor de la iglesia de la eutanasia y forofo de Greenpeace.

A mucha honra. Bueno, la iglesia de la eutanasia me toca los cojones. Y Greenpeace también con tanta demagogia... Esto...

A lo que iba. Cuánto amor animal y psicomagias variadas: no soporto los esoterismos y no creo en los sextos sentidos animales más de lo que creo en los sextos sentidos humanos. Es decir, nada. Yo tengo tres perros a los que quiero más que a la mayoría de las personas (por no decir que más que a TODAS las personas), pero los perros (en general) son animales triste e inútiles, que dependen del hombre para todo: en primer lugar, para no matarse entre ellos (una manada de perros es tremendamente agresiva frente a una de lobos porque TODOS son ejemplares beta y luchan por poder más que el vecino, ya que el HOMBRE es su alfa, su dueño, señor y benefactor. Y el que les echa las bolas de barro fritas: el pienso). El perro es un animal trágico sobre el que la especie humana tiene toda la maldita responsabilidad, porque además le debe la civilización, la ciudad, la superpoblación y el calentamiento global. No estoy de acuerdo en que el perro pudiera liberar al hombre de las capacidades olfativas y así se le pudo desarrollar más el cráneo de balón de fútbol: el perro se domesticó en el 15.000 a.C., año arriba, año abajo: ya éramos sapiens sapiens y teníamos esta cabecita que tenemos, PERO sí es cierto que sin el perro el hombre aún seguiría persiguiendo ciervos con lanzas: no puedes domesticar carne sin perros. Son los que vigilan el ganado; el hombre no lo hace ni la mitad que bien que el perro, que encima se lo pasa bomba: lo lleva en los genes. Y sin ganado, no puedes domesticar plantas de forma que realmente destruya el planeta. El perro es nuestro Prometeo, pobre bicho: él no lo pidió. Sólo tenía hambre y se acercaba a nuestros vertederos. Bien, pues tú lo has creado, tú te lo comes, lo cuidas, lo quieres (y lo adoras, en mi caso). Teníamos un estupendo lobo, perfectamente adaptado al ecosistema, que no necesitaba de nada ni de nadie para sobrevivir. Y ahora tenemos chihuahuas y mastines y toda la franja de en medio, todos absurdos, inadaptados, horrendos, monstruos. Un perro es un lobo idiota, cachorro hasta la muerte, gañe como los lobatos en lugar de aullar, igual que un hombre es un mono infantilizado que practica muecas con la boca y tartamudea en lugar de rugir, y no hace más que jugar y jugar y jugar, sin nunca pasar a portarse como un ejemplar adulto. El lenguaje es un juego: si yo digo mesa, juego a que esos sonidos idiotas simbolizan una mesa ¡magia! Como los niños que hacen comiditas en la playa y luego se zampan la arena.

Y ya, que me he emocionado y a este paso os recito mi novela. Otro día, más.

Ah: Stav, me alegro de leerte por aquí. Aunque preferiría leerte en tu página...

Anónimo dijo...

Estoy muy de acuerdo con Al

Me parece divertido leer los comentarios de los amigos escepticos cuando aun no comprendemos ni la mitad del mundo que nos rodea y ni siquiera 1/16 del universo que nos rodea.

Mis respetos al gato, todo el carino a mi perro que no tiene la culpa y mi silencio humilde frente a los misterios del universo.

Un dia sabremos que es normal y que es paranormal mientras tanto dejen que el gato haga lo suyo con los viejitos, sea esa o no su intencion es mas sublime que las planideras.

(perdon pero aca en el hemisferio norte no tienen la tecla enne y no le entra el codigo ASCCI a este bendito portatil... Cierto, somos monos rosados estupidos y prepotentes)

Anónimo dijo...

Y con lo que me gustan los gatos... ademas que venga a recordar que la muerte esta ahi esperando por la noche buena para el marrano de turno.

Un saludo.

Lanark dijo...

Kyboy: Finalmente, el pensar que algo que no está explicado será explicado después, es un acto de fe. Es una fe soportada por una cantidad apabullante de evidencia a favor, pero es sólo fe.

Y sobre el gato comeancianos, quién sabe... no todos los gatos comen macrobiótico y toman agua Evian, jajaja.

Y los megalómanos, por cada uno que se busca una muerte tan natural como ser despedazado por un oso, debe haber cientos que se buscan muertes mucho más infames.

Al: Nada me halagaría más que el hecho de que de acá saliera un relato, como lo del gato comiéndose los 21 gramos.

Tu punto de vista a un tiempo excéptico y misántropo (debo reconocer que esa combinación me es nueva, excepto por referencias a terceros) viene a completar una buena cantidad de material de reflexión. La verdad, no pensé que el tema diera para tanto.

Sobre tu actitud hacia los animales domésticos, incluído el mismo simio rosado, me pregunto si no estás siendo un poco duro con la infancia o "cachorrez", y con sus juegos; sobre todo, tomando en cuenta escribir es el juego de niños grandes por antonomasia; un juego bien difícil y sofisticado, pero juego al fin.

Sobre la teoría del perro y el olfato, creo que lo que la motivó fue el hallazgo de convivencia entre primates y caninos desde tiempos mucho más tempranos. Lástima que no tengo los enlaces del caso, ni, por el momento, tiempo para buscarlos. Espero algún día salir de la duda.

Bochica: Reitero lo de el escepticismo, que es más una fe en la ciencia, una fe bastante justificada, por demás. Pero finalmente es una elección personal que viene determinada por el gusto de cierto tipo de misterio en vez de otro, y tal vez aún más por el placer de llegar a entender, que desde luego no me es ajeno. De modo que, hasta cierto punto, defiendo la posición escéptica.

Y, por Dios, hay un universo de diferencia entre la altísima dignidad de nuestro gato pre-funerario y el oficio freak de las plañideras, jejeje. Buen punto.

TonioV: Inspirador, ¿no? Muy bueno que sin uno estar en viaje de demencia senil pudiera apreciar los servicios de este Ángel de la Muerte.

COMPREN, COMPREN