miércoles, abril 25, 2007

CALIENTE

Imagen: Un detector de metales en el aeropuerto también ama a Derek Smalls. Tomada de un blog de escándalos en Iowa.

¿que el calentamiento global es malo? ¿quién dijo? Bueno, sí puede ser más malo de lo que cualquiera pueda imaginarse, o puede ser un poco mejor que eso. Pero no importa. Voy a hablar de una consecuencia del calentamiento global que nos puede alegrar el día.

"¿Tiene usted algún tipo de placas o miembros artificiales? eh... no realmente..." Tal vez algunos de mis lectores más interesados en la escena rockera, hayan reconocido al símbolo sexual de la foto... Muy bien, señores Hook, Reed, Pothead y demás, ¡es Derek Smalls, bajista de SPINAL TAP! ¿qué tiene que ver Spinal Tap con el calentamiento global? Pues que por cuenta del calentamiento global,

¡VUELVE SPINAL TAP!

Para los que no entienden nada y creen que tengo otro de esos ataques de demencia senil, aclararé que en 1984 el buen Paul Reiser (el que hacía del esposo de la bellísima Helen Hunt en "mad about you")* Rob Reiner sacó un documental ficticio sobre una banda de rock ficticio, logrando el retrato más real e hilarante del fenómeno del rock. Una verdadera joya.

Pues bien, por cuenta del calentamiento global todo el equipo (o varios de ellos) de este clásico inolvidable se ha vuelto a reunir, y decidieron sacar una segunda película, con nuevas canciones y 23 años de inspiración. En The Guardian se preguntan qué causa puede ser lo suficientemente grande para reunir a una banda que lo ha visto todo, lo ha tocado todo, para que lo ponga en una caja y salga nuevamente de gira. Y ellos mismos se responden:

La respuesta se hizo clara hoy, sin embargo, después de que se anunció que legendario acto británico dirigido por Nigel Tufnel y David St Hubbins se reformó para combatir el calentamiento global. Hoy se estrena una película que hurga en la conciencia ecológica de la banda, y la complementarán con una aparición en el festival de verano "Live Earth" de este año.
El director Rob Reiner, cuya relación con la banda data del primer rockumental, "This is Spinal Tap", explicó la decisión antes del estreno de la película esta noche en Nueva York: "Ellos no tienen conciencia ecológica, pero han oído del calentamiento global", dijo Reiner, "Nigel pensaba que era simplemente porque tenía puesta demasiada ropa, y se iba a enfriar si se quitaba la chaqueta"

The answer has become clear today, however, after it was announced that the legendary UK act led by Nigel Tufnel and David St Hubbins are to reform in order to fight global warming. A new film delving into the band's eco-consciousness is to be screened today, and they will back it up with an appearance at this summer's Live Earth festival.

Director Rob Reiner, whose relationship with the band dates back to their classic rockumentary, This is Spinal Tap, explained the decision ahead of the film's debut at a New York festival tonight. "They're not that environmentally conscious, but they've heard of global warming," said Reiner. "Nigel thought it was just because he was wearing too much clothing - that if he just took his jacket off it would be cooler."

El nuevo sencillo, por cierto, se llama "WARMER THAN HELL"

(*) La ignorancia es atrevida. Y la ignorancia con afán, el doble. Gracias Anónimo(a)

domingo, abril 22, 2007

EL CAZADOR Y LA PRESA


Imagen: Ulrich Mühe en su papel como el Sargento Gerd Wiesler, en la película "Das Leben der Anderen" Tomada de una página de la Deutsche Welle

I - CONTROL
Se nos dice que estamos en peligro, que necesitamos instituciones que administren la violencia para protegernos. Bajo una amenaza constante, nuestro comportamiento se acerca más al de un cardumen de peces. Hay la ilusión del control, y la ilusión de que ese control es necesario para que la sociedad funcione y ponga a nuestro alcance lo que necesitamos. Un régimen político autoritario no puede existir sin un Enemigo omnipresente y temido.

Después de la Segunda Guerra Mundial, la Unión Soviética implantó en Alemania Oriental un régimen socialista que, por haber sido impuesto desde afuera, y por estar tan ligado al mundo capitalista de la otra Alemania, era especialmente sensible a la amenaza subversiva. La temida Stasi, la Policía Secreta, mantenía una vigilancia estricta de la población amedrentada. Enormes archivos contenían grandes cantidades de información sobre la vida diaria de miles de ciudadanos, y servían como criterio para que los funcionarios decidieran quién era peligroso para el Socialismo y tenía que ser neutralizado. Una declaración políticamente incorrecta hecha en la privacidad del hogar podía ser causa de un arresto al día siguiente, y el encierro por años o la desaparición.

En la película "das Leben der Anderen", dirigida por Florian Henckel von Donnersmarck se muestra parte del funcionamiento de este sistema represivo. Un sistema orientado a eliminar la diversidad de comportamientos y opiniones, en pro de la ilusión del control, que a su vez se erige en contra de la ilusión de un Enemigo.

La película nos muestra una Berlín vacía, gris y deprimente, poblada por personas de caras largas y gestos nerviosos. Una ciudad aparentemente ahogada por el control. En medio de esta ciudad, sin embargo, muestra un oasis de humanidad en la precaria comunidad artística, una comunidad que es tolerada para evitar que se haga evidente la miseria de la vida bajo control, pero que es al mismo tiempo vigilada de cerca y temida por el régimen, que se sabe descubierto en su impostura por estos artistas, todos (en la película) socialistas convencidos, pero no por eso menos suceptibles de ser perseguidos por el gobierno.

Pero el control es sólo una ilusión, una fachada.

II - CORRUPCIÓN

Lo primero que desbarata el control y el orden es el hecho de que el poder genere corrupción. La manera precisa y clara como está planeado el funcionamiento del estado se corrompe porque el poder les permite a los funcionarios desvirtuar sus conceptos y procedimientos, y convertirlos en fachada de otra cosa, de una depredación de sus semejantes.

El inmenso aparato de seguridad estatal creado para preservar al socialismo de sus enemigos, principalmente extranjeros, termina siendo utilizado por funcionarios del gobierno para conseguir los favores sexuales de una mujer, o para truncar la carrera de un funcionario en favor de otro.

Sin embargo, hay personas que se convencen de la doctrina oficial, personas que consideran que vale la pena dedicar su vida y su esfuerzo a mantener el control, como el sargento Wiesler, y lo hacen por convicción y no por unos intereses escondidos. Él es un hombre con una gran suspicacia y capacidad para observar a la gente, cuyo desempeño ha sido muy útil para el gobierno. Su convicción de que lo que hace es necesario, junto con el placer de desempeñar un trabajo para el que se sabe muy bueno, bastan para que ignore las siempre presentes pruebas de que todo es una fachada.

Wiesler desaprueba las muestras de crueldad y corrupción que ve en sus colegas, pero considera, aparentemente, que son "casos aislados" y que son preferibles a la vulnerabilidad ante el enemigo que implicaría exponerlas. ¿suena familiar? Si es cierto que la mayor parte de la gente es honrada, este razonamiento tiene que estar muy extendido en paises como Colombia.

III - EMPATÍA

Hay un segundo factor que destruye el control, y es que está basado en suposiciones fundamentales erróneas. No siempre se puede modelar de esa manera el comportamiento de los humanos, y menos si el modelo es incoherente. Todos hemos presenciado casos de adoctrinamiento, y vemos también la habilidad de los medios masivos para estupidizar a la gente. Pero nada de eso es infalible.

Wiesler, habíamos dicho, tiene una gran capacidad de observar y entender a la gente. Eso lo hace un buen policía, y una ficha clave para la represión del gobierno, pero llega a volverlo también un elemento que falla.

"¿Puede alguien que haya oído esto, es decir, haberlo realmente escuchado, no ser un buen hombre?" le dice el escritor de teatro Georg Dreymann (Sebastian Koch), a su hermosa novia la actriz Christa Maria Sieland (Martina Gedeck). La pieza que había interpretado en el piano, era la "sonata para un hombre bueno" cuya partitura le regaló su amigo el director de teatro caído en desgracia Albert Jerzka antes de suicidarse. No tenía idea de que Wiesler realmente la había escuchado a través de los micrófonos que habían plantado en la casa del escritor, y había sido conmovido profundamente por la sonata. Igual que, tal vez, lo fue por un libro de Brecht que sustrajo de la casa del escritor.

La misma capacidad de entender a la gente que le permitía ser un interrogador muy efectivo y un policía implacable, se volvió contra el sargento Wiesler, y demolió las fronteras ilusorias que formaban su idea de quién era él mismo, quién era Dreymann, y demolió también esa ficción de autoridad moral y falsos valores que le permitía hacer su infame trabajo.

La película es al mismo tiempo de una simplicidad que recuerda las buenas obras de teatro completamente libres de elementos innecesarios, y una historia de gran profundidad contada de una manera brillante.

Aparte de la gran impresión estética que me ha dado esta película de factura impecable, me ha dejado pensando mucho en varias cosas, qué, para no ponerlas en forma de odiosas moralejas, voy a poner como preguntas:

¿No es la ficción del Enemigo, de ese otro distinto que me amenaza, una impronta del fraude asesino de los regímenes autoritarios? Veo mucha relación con este tema en esa paranoia de los gringos con los asesinos en serie, con los terroristas, etcétera, y de la polarización de los colombianos entre los "paracos con motosierra" y los "guerrilleros disfrazados".

¿Hasta qué punto la voluntad colectiva puede anular la capacidad de juicio de una persona? ¿Cuán fácil es que uno termine creyendo en cosas obviamente falsas si la mentira es algo tan generalizado que se considera sentido común?

¿por qué la experiencia estética tiene esa capacidad de remover los cimientos de las creencias propias, sin necesidad de una argumentación? Para mi es cada vez mas claro que la argumentación lógica y rigurosa es casi inexistente en el terreno ideológico, y aún en el político, aunque una de esas mentiras colectivas que uno se traga, es que las discusiones políticas tienen ese carácter dialéctico. Experiencias que no podemos explicar con palabras parecen ser la base de muchas de nuestras creencias, y experiencias iguales pueden también desmantelar esa base misteriosa.


¿No es la "conversión de Wiesler en un hombre bueno" un ejemplo de superación del ego separado, un encuentro de la comunión con otros? El descubrimiento de Wiesler de que él no es lo que creía, y que la gente como Dreymann tampoco lo és, y ese descubrimiento tiene consecuencias morales muy vastas y profundas.

COMPREN, COMPREN