viernes, octubre 23, 2009

CONSECUENCIAS

[comienza entrada reciclada de hace más de un año] (mayo 27, 2011)

Imagen: set de filmación en exteriores de "la última palabra" (o como sea que la van a llamar en español), película que están filmando en Glasgow.

Esta parte del año donde el otoño llega a su fin, cambian la hora oficial para para que uno pueda levantarse más tarde al clima invernal, y los publicistas redoblan esfuerzos para que compremos cosas que no necesitamos, motivo Navidad.   Y, más importante aún, se llama «Consecuencias» en el calendario discordiano.    Y este año el nombre le suena particularmente adecuado a la época.     En particular, porque como tengo que terminar rápidamente mi tesis de doctorado, me he visto avocado a redoblar mi dedicación al trabajo en tiempo y en atención, dejando a un lado a Blogger, a Twitter y a Facebook (en ese orden).    Lo bueno, es que no han sufrido tanto las actividades que no están mediadas por la red completamente, como ir a cine, ir a bailar, acechar escritores por autógrafos (esta vez, nuevamente Alasdair Gray y Eoin Colfer, autor del sexto libro de la trilogía de la Guia de la Galaxia Echando Dedo).

[fin de la entrada reciclada hace más de un año]

Resultó que la tesis me iba a tomar un año más, principalmente porque había que aprender C++ (de la mano de mi segundo director, prácticamente un santo) para hacer cálculos dispendiosos y largos.  Pasé el comienzo del invierno de 2009-2010 puliendo los primeros capítulos de mi tesis; uno es sobre la medida, y tal vez vuelva a referirme a eso como ya lo había hecho.  Y también bailando, yendo a cine, y acechando escritores, aunque esto último con menos suerte.   Todas estas actividades se iban a potenciar con la ocupación del Hetherington Research Club, al cual probablemente también me referiré en una entrada posterior.

Para redondear la entrada, completaré con algo sobre Alasdair Gray.

Después de haber abandonado el libro por la mitad, retomé por estos días la biografía de Alasdair escrita por Rodge Glass, y me encontré con que el escritor-pintor vivió un tiempo en la calle donde yo vivía en los tiempos de mis últimas entradas (Turnberry Road) y que una viejita que vende joyería en un almacen de ropa vintage, disfraces y kilts (donde estuve preguntando kilts para mi grado), fue su segunda esposa.   Me parece recordar que el encuentro con Alasdair al que hago referencia en esa entrada fue más o menos así:

Yo: Me parece que su idea de Dios creando mundos tetraédricos tiene sentido, y se me ocurren un par de maneras cómo podrían tener movimientos de rotaciones, precesiones y demás relativamente sencillos.

Alasdair: Jmmm... La cosa es que yo no fui criado en un hogar religioso, y por lo tanto no tengo ninguna animadversión por Dios como personaje.  De hecho, él me parece un buen tipo, que simplemente tiene que hacer un trabajo muuuuy difícil


Aparte de esa pequeña anécdota, debería culminar con algunas aclaraciones más:

  • El mundo no se acabó (hace poco sobrevivimos a una segunda venida de Jesucristo, predicha por alguno de esos predicadores chiflados)
  • No he visto la película en cuestión ("la última palabra") que sí fue estrenada, pero creo que pasó sin pena ni gloria
  • La tesis fue mandada en septiembre de 2010, sustentada recientemente, y aprobada por los jurados con correcciones menores.

martes, julio 21, 2009

LAS CINCO CULTURAS

Imagen: Intelectuales jugando canicas. Tomada de Smart Dogs

Primero, que eran dos culturas, en cierto modo antagonistas. En una esquina estaban los literatos y en la otra los científicos, o algo así, pero no en la sociedad en general, sino en la cúspide, peleándose la influencia sobre los hombres de acción que hacen que las cosas pasen y reparten la plata. Como la mala comunicación entre esos dos hemisferios del cerebro judeocristiano parecía algo muy preocupante, alguien con ideas dialécticas postuló que también existe una tercera cultura, de modo que se completara eso de la hipótesis-antítesis-síntesis.

Pero eso tampoco me gusta. Porque los discordiamos sabemos (aunque no estamos seguros) que eso de hipótesis-antítesis-síntesis es sólo una parte del ciclo dinámico de todas las cosas; ciclo que se cierra añadiéndole paréntesis y parálisis. Como hace poco me vi los crímenes de Oxford, de Alex de la Iglesia, (página web oficial acá) he representado estas etapas con los 4 símbolos pitagóricos mas uno que improvisé para la ocasión, en la figura que va con este párrafo. La hipótesis es el círculo tratando de abarcarlo todo, la antítesis es dos pedazos del círculo cortándose: en vez de abarcarlo todo, cortar y quitar. La síntesis, el triángulo, es como una solución de compromiso entre las dos anteriores, pero ésta es examinada y recontada obsesivamente (paréntesis, representada por el tetraktis pitagórico, símbolo del proceso de contar) llegando a una situación aún más limitada que es la parálisis (el asterisco de cinco puntas).

La hipótesis puede ser algo intuitivo, que le viene a uno a la cabeza sin entender bien cómo, como suele ser el caso de las cosas artísticas, la literatura, y todo eso. En la mayoría de los casos es necesaria una elaboración posterior, aunque algunos se la ahorren por pereza o mala fe (la mayoría) o porque no pueden hacerlo de otro modo (como Hunter S. Thompson, por ejemplo). La elaboración posterior no le quita su carácter de hipótesis, a menos que involucre el núcleo de la cosa.

La antítesis usualmente no puede aparecer sin una hipótesis, y consiste en una propuesta mucho más disciplinada y sensata. A veces, arrogante y hasta miope. Y tiene que basarse en algún tipo de reduccionismo. Es claro entonces cómo es el terreno de los científicos.

Soy el primero en entusiasmarse con la dichosa tercera cultura, es decir, de los literatos que tienen una idea decente de los aspectos esenciales de las ciencias y viceversa. Supongo que ahí estarán autores como Michel Houellebecq u otros por el lado literario, y otros como Steven Pinker por el lado científico. Pero no me hago ilusiones: sé que el curso natural es que la tercera cultura pase del estado de confusión (síntesis) a burocracia (paréntesis), para que finalmente haya parálisis, colapso y todo vuelva a comenzar.

He dicho FNORD.

Adenda:
Parece que alguien más se había ocupado del asunto dialéctico desde una óptica discordiana, aunque en inglés.

lunes, junio 15, 2009

BLOOMSDAY


Como entrada en la categoría "Esta mañana me levanté y me preparé un pan tostado", robada con descaro de El Sarcasmo.com, me monto al tren de la celebración del Ulises de Joyce propuesta por Portnoy para el día de hoy, Bloomsday, día del protagonista del Ulises.

(en la imagen, tomada de una página de la Fundação de Educação Artística una foto de la celebración en el año 2005)

Este señor Bloom en particular, se despertó en Glasgow en el cuerpo de un hispanoparlante de bigote y barba hirsutos y más bien poco abundantes, fémures (muslos) y húmeros (brazos) ligeramente cortos; claramente, no un tipo local.

Comienzo vagamente irlandés del día: la perorata matutina de Terry Wogan. Es preocupante como puede uno habituarse a la voz de un locutor particular en las mañanas. A continuación, desayuno, y dibujar cosas en el computador por una hora. Terminé una animación de tortugas inspirada en el hecho de que para Jodorowsky el 8 es un número especial, y yo quería relacionarlo con el número estrella discordiano, el 5. Supongo que terminará en el blog eventualmente.

Después, un poco de ejercicio, bañarme, vestirme, y sentarme a trabajar, es decir, a buscar errores en un programa, que es a lo que se reduce mi trabajo desde hace un par de semanas. Mientras tanto, pongo radio en linea y por referencia de no se quién pongo la emisora del Imperial College, donde están hablando de cómo bautizar el nuevo elemento, y de que alguien propuso llamar al bosón de Higgs "bosón de la botella de champaña", porque no se qué perfil del potencial que produce en el espacio tiene forma de botella de champaña. Sobra decir que no entendí de qué hablaban exactamente. Después trajeron a un astrónomo que quería aprovechar el cuarto de hora de la novela histórica (debido a todos esos best-sellers infames) para escribir una sobre astrónomos. Después llegó otro que habló de que la dificultad de controlar los riesgos de la nanotecnología, porque en algunos casos los riesgos que presentan no exactamente son de carácter químico o mecánico, sino de un tipo inédito que no se entiende bien aún. Finalmente se acabó el programa científico, y pusieron música. Lo primero fue un rap tipo public enemy bastante decente, que si uno le ponía atención, hablaba del trabajo en laboratorio. Ni siquiera los Beasty Boys llegaron a tanta ñoñez.

Hora del almuerzo, y no había salido de la casa; he sido un mal bloom. Ni siquiera tengo acá a mi novia para citarme con ella, qué más quisiera yo. En fin. Almorzar, trabajar un poco más y salir. Antes de salir noté que mi camiseta de "Pie and Mash" (ver foto) estaba sucia, de modo que me la cambié por una que sí resultó limpia. Para no pasar un día demasiado anodino, la única excusa que se me ocurrió fue salir a comprarme un pantalon a los almacenes de caridad de Dumbarton Road (ver foto). Nada extraordinario qué contar, tal vez sólo un borracho ventilando sus desaveniencias con la vendedora de uno de los almacenes, y diciéndole con un acento extremadamente glaswegian que reconocía que había sido "un mal chico". De hecho, me sorprendió un poco haber entendido lo que decía; no suele ser el caso con los locales más silvestres.
Tras pasar por varios almacenes, finalmente encontré un pantalón decente y de mi talla en British Heart Foundation. En el momento en que escribo ésto, no me lo he medido. Sin embargo, si este pequeño párrafo sale en el post final, significa que el pantalón me sirvió y no perdí mi modesta inversión.

En la tarde, más trabajo, sintiéndome culpable por no buscar en la red cómo estarían celebrando Bloomsday en el Hetherington Research Club o algún sitio decente y barato por ahí cerca. Ahora, cuando estoy terminando de escribir esto y poniendo enlaces y fotos, descubro que no hubiera encontrado gran cosa.

A eso de las 9 me gana el sueño y me voy a la casa (como fui tarde a la oficina, me quedo un poco hasta tarde). Me gana el sueño porque anoche también me dormí tarde por jugar a dibujar con el computador. Mucho me temo, lectores habituales, que una entrada sobre lo que dibujaba se ve venir.

Y se me pasó el Bloomday casi sin callejear, y, lo que es peor, sin pubs y sin una gota de cerveza. Qué vergüenza. Qué mal Bloom.

miércoles, junio 10, 2009

QUISIERA SER ALGUIEN MAS

Imagen: Helen Townsend habla con el ex-novio de la persona que ella quisiera haber sido. Tomada de la reseña de la película en The Independent.

Entrada corta. Como truco sucio para tranquilizarme sobre la supuesta falta que les haga a los lectores, voy a escribir una de esas entradas sobre cine que nadie comenta "porque no se han visto la película". Así quedo más tranquilo, al ver que los lectores tampoco escriben nada.

Hace unas horas estaba desparramado, muerto del sueño, en una silla del Glasgow Film Theatre. Las consabidas propagandas de carros, la mayoría de las cuales desprecio con toda mi alma, exceptuando las de "VW patrocina el cine independiente" donde sale gente británica muy silvestre dando interpretaciones locas del guión de películas famosas. La propaganda de Orange, que también me gusta, aunque hoy, por enésima vez, fue la de Emilio Estévez. Finalmente, la de la red de cines europeos, que sí me gusta más. Y después una sorpresa agradable: un corto como los que pasan en Colombia antes de las películas. Creo que es la primera vez que veo eso acá en el Reino Unido. Previsiblemente, mejor que los que me tocaban cuando estaba en Colombia. Ahora como que hay algunos mucho mejores, como Rojo Red. El corto era sólo música y una cámara volando en un parque londinense con el sol de la tarde. Me parecía estar soñando, estuvo chévere.

Finalmente, la película. Según el folleto, era de una adolescente que al actuar para una reconstrucción de los hechos de la policía, se antojaba de convertirse en la joven cuya desaparición se investigaba. Y era eso, más o menos. Pero yo esperaba la historia de una adolescente desequilibrada intensísima que, poseída por el cliché cinematográfico, llevaba el capricho de querer adueñarse de una vida ajena a los dominios del thriller. Pero no.

En realidad, aparece un personaje tranquilo al que simplemente le tocó una existencia bastante triste y contempla embelesada otras existencias mucho más agradables. Nada de esas tormentas emocionales interiores que les suelen gustar a los cineastas y escritores de diversas pelambres; algo mucho más claro e interesante, en un personaje que siendo diferentísimo a mi, me inspiró mucha simpatía. Helen Townsend quería dejar de ser ella y ser alguien más. Pero durante la película no hizo nada al respecto, sólo vivió su aspiración mientras hacía lo que tenía que hacer como Helen Townsend. A lo sumo, sostuvo monólogos bastante sencillos y sinceros como hablando con Joy Thompson, la joven desaparecida. Helen la visitaba en el bosque donde la vieron por última vez, aunque Joy no estuviera ahí.

De hecho, me sorprendió que muchas reseñas ignoraran el hecho de que claramente Helen estaba viviendo la vida de Helen, y no estaba escapando de ella como suelen hacer los dudosos héroes cinematográficos chocolocos.

Vista con mis ojos, en la película Helen pasaba por un proceso para darse cuenta de que Helen no era más Helen que Joy o que cualquier otro. Que el corral que uno mismo se ha construído definiendo quién es, es imaginario, pero tiene que actuar algún hecho particular para que uno vea que el corral imaginario está ahí, que es imaginario, y lo pueda borrar a voluntad. El hecho que le da a uno el empujon para deshacer el corral es en parte externo, pero es más bien como un ritual en el que uno decide participar. Con las reservas de mis lectores escépticos, lo que yo vi en la película, es un ritual funcionando como debe funcionar un ritual. Claro que la película termina abruptamente antes de que se vea claramente si Helen efectivamente se volvió alguien más. Yo creo que es porque no importa. Porque realmente a donde hay que llegar es a darse cuenta que no importa, que uno es uno tanto como es otro.

Carambas. Qué trascendental, que me puse. Pero es que todavía me dura el efecto de la película, su música chocoloca, y el documental previo. Se siente sabroso, no crean.

BONUS TRACK

1 - Liam y Noel tampoco quieren ser ellos.





2 - Daniel Samper Ospina tampoco quiere ser él.



martes, febrero 24, 2009

PERSONAJE NOIMPORTISTA DEL DÍA

Imagen: Geoff Dornan, residente pensionado de Southport, a quien la policía le decomisó los patines por desplazarse de manera peligrosa por la ciudad. Tomada de old Holborn

La última semana he tenido la experiencia agridulce de sumergirme completamente en la actividad ingrata de la programación, tratando de obtener unos resultados para poder mostrar en la meca de la IR este año. Y de paso, conseguir la visa gringa para conocer Boston, la tierra de Bogus, el simpático hombre del método del agua, y su poderosísima exesposa Big (al lado de la cual el análogo de Carry Bradshaw se empequeñece ante mis ojos de manera patética). Esta experiencia incluyó dormir 5 horas durante las últimas 72, de modo que pido al lector considerar mi estado antes de condenarme por la referencia literaria completamente innecesaria del anterior párrafo, al igual que por la referencia farandulera.

En este estado, entonces, en que me parece llevar aún más décadas en este valle de lágrimas de las que en realidad llevo, despierto de una siesta demasiado larga, pongo la radio, y oigo la noticia del juicio del personaje cuya foto encabeza este post: el pensionado patinero. Y entonces pensé: ¿por qué no hago como el autor del blog más descaradamente confesional que conozco, que pone la frase liberal (léase neoconservadora) del día cada mes y medio, y pongo algo "del día"? Eso aliviaría a mis sufridos lectores, que han soportadso textos cada vez más aburridos y espaciados (si, ya se que estoy escribiendo que no escribo: pero les recuerdo que yo sigo la doctrina del señor Plátano: No importa, y si importa, tampoco importa).

De modo que aquí está, declaro al pensionado inglés excéntrico "personaje noimportista del día", y procedo a una defensa poco eficaz de su comportamiento. Yo, igual que muchos peatones, me siento un poco fastidiado cuando un patinador me hace sentir en peligro pasando a milímetros de mí a una velocidad demasiado alta, y el fastidio es notable cuando camino con mi mamá o alguien mucho menos ágil que yo que tenga más que temer de una colición con el bólido humano. Sin embargo, tengo la impresión de que mi fastidio propio no es muy fácil de justificar, porque siento en el fondo consiste en abandonarse a las pequeñas comodidades de la seguridad, de las que las sociedades europeas son una caricatura continua. Es decir, el viejito nunca ha embestido a nadie, que yo sepa, y probablemente la persecución legal obedece a que su comportamiento incómodo, que va en contra de esa sobreprotección de la seguridad que se ha vuelto un rasgo más bien fastidioso del carácter inglés.

Y, en un plano más abstracto, teórico y, aún diría, metafísico, me siento inclinado a poner también a un lado mi fastidio ajeno (es decir, la indignación ante la incomodidad que un patinador imprudente pueda causar entre gente mucho menos ágil que yo*). Porque, como tal vez ya he mencionado, la identidad individual es una ilusión, y en realidad cada uno de nosotros es en el fondo el mismo con todo los demás.

Pero, volviendo al señor Dornan, tal vez lo que lo hace merecedor de su título de personaje noimportista del día es, desde luego, el hecho de no tener agüeros para desplazarse así a sus 71 años (una edad cercana a la de mi director, que hace un par de años (literalmente) hizo un tour por las islas giegas, nadando de isla en isla). Pero, sobre todo, por la respuesta que dio a los jueces que lo cuestionaban por su comportamiento, y que aunque es poco defendible, me parece simpática cuando se dirige a un juez inglés con peluca de juez inglés:
¡Es que así es que yo patino!


*Aclaro que yo no hago acá ningún alarde de agilidad: por más que tenga una compulsión por el ejercicio físico, nunca he sido bendecido con esa condición fisiológica de la coordinación motriz, que francamente me hace envidiar a los que son capaces de seguir los pasos de una clase de aeróbicos.

COMPREN, COMPREN