domingo, febrero 04, 2007

EL CIELO ES EL INFIERNO EN REVERSA

Imagen: "Corkey ascending to the heavens" por Mark Ryden

Aunque creo que los conceptos de lo bueno y lo malo están muy sobrevalorados, y que no son tan necesarios ni importantes como cree la gente, sí tengo la mala costumbre de ocupar bastante tiempo pensando en "el problema moral"
El nombre del post viene de "This is Hell", una canción de Elvis Costello, que aunque no se puede decir que sea una gran reflexión ni nada parecido, sí tiene esa frase que me gusta mucho: "Heaven is Hell in reverse"
Últimamente, debido a mi afición por jugar al "troll" en ciertos blogs por ahí, me ha dado otra vez por pensar en el bien y el mal, la confrontación entre personas, y ese tipo de cosas.
Recuerdo que en mis tiempos como estudiante, el filósofo colombiano Guillermo Hoyos (si, digámosle filósofo, no veo porqué darle a la palabra una connotación que trascienda la profesión) hablaba bastante en conferencias, programas radiales, etcétera, sobre cuanto tema había. Le gustaba particularmente la ética. O tal vez no, pero lo único que recuerdo de él, que esté seguro de que no lo oí o leí en otro lado, era la expresión:

Una ética de mínimos, y una moral de máximos.

Esa expresión siempre me gustó mucho. Desde entonces desconfío de los que despachan la diferencia entre los dos conceptos diciendo que son equivalentes; especialmente porque la mayoría de las veces lo hacen desde una posición posmoderna que no me gusta para nada por sus pretensiones trivializantes.
Personalmente, la interpreto como dos criterios complementarios para decidir el comportamiento: por un lado, la ética nos dice cuánto es lo mínimo que debemos hacer por los demás, y por otro lado, la moral nos dice cuánto es lo máximo que queremos hacer.
Sin embargo, pienso que aún esta definición dual tiene una pequeña falla, y es que parece asumir que los demás necesariamente están claramente separados de uno, y sus intereses también. Para volver a mi tema recurrente de la definición del individuo, creo que la moral y la ética más robustas saldrían de una redefinición del sujeto: que uno se de cuenta de que en cierto modo es el mismo con los demás, y que el interés de ellos es su propio interés. Mi ética y moral ideales, definirían un mínimo y un máximo de conciencia de la comunidad con los demás, respectivamente. En un post anterior, ya había hablado de una posible ética sin bien ni mal, basada sólo en la conciencia.
De modo que no creo en el bien y en el mal como base de una ética o moral, y menos, por lo tanto, en la necesidad de pensar en el cielo y en el infierno. Sin embargo, debo reconocer que conceptos como esos pueden ser necesarios en una etapa determinada de la formación del criterio moral. Voy a autocitarme con una definición que di sobre las etapas de esta formación (una teoría del psicólogo Lawrence Kohlberg) en el foro de la Silla Eléctrica, donde ahora me doy cuenta de que tuve la indelicadeza de no mencionar fuentes.

Etapa PRECONVENCIONAL
En esta etapa, aun no se aceptan reglas de conducta. Es una etapa egocentrica, donde no se tiene conciencia de que las otras personas pueden tener intereses y puntos de vista diferentes. Un lema para esta podria ser: "Nadie me dice que hacer" La única manera de regular el comportamiento en esta etapa es el uso de la fuerza.
Etapa CONVENCIONAL
En esta etapa, se aceptan unas reglas de conducta de manera acritica. Usualmente, son las dadas por un grupo de personas que aportan un sentido de integracion y pertenencia que el individuo necesita mucho (por ejemplo, grupos de amigos adolescentes, barras de futbol, etc) Esta etapa ya no es egocentrica, pero si esta asociada con una gran incapacidad de concebir formas de ser diferentes a las del grupo de referencia
Etapa POSTCONVENCIONAL
En esta etapa se ha adquirido la capacidad de un examen critico de las razones y consecuencias de las reglas, y son abandonadas en favor de principios mas abstractos y totalizantes, que involucran empatia y conciencia de las formas de ser y
necesidades de los demas
Los conceptos del cielo e infierno, claro, son muy útiles en la primera etapa; aunque pueden tomar formas más sofisticadas para adaptarse a la segunda y la tercera.
Por ejemplo: hay un uso bastante sofisticado de esos conceptos en una historia que me encontré en Psyco Mundo (via Mutante Cósmico) y qué, con perdón de Psyco, busqué en otro lado donde la traducción estuviera menos comprimida.

Un samurai vino una vez ante el maestro zen Hakuin, un maestro Rinzai que vivió en el siglo XVIII en el Japón.

"Se supone que eres un gran maestro zen" le dijo
"Dime entonces la verdad sobre el cielo y el infierno. ¿de verdad existen?"

Sin un momento de vacilación, el maestro responde "¿Qué? ¿Aún una persona tan fea y poco talentosa como tu puede llegar a ser un samurai? ¡sorprendente!

Inmediatamente, el orgulloso samurai sacó su espada y dijo furioso "¡Te mataré!"

Sin ningún miedo, Hakuin dijo entonces "Eso, es el infierno"

El samurai se detuvo y quedó pensativo. Su cara se suavizó de su expresión fiera, envainó su espada y juntó las manos para inclinarse ante Hakuin.

"Y esto", dijo con la misma calma "es el cielo".

Once a Samurai came before Zen Master Hakuin, a very famous Rinzai Zen Master who lived in the eighteen century in Japan.
"You are supposed to be a great Zen Master," he said. "So I want you to tell me the truth about heaven and hell. Do they really exist?"
Without a moment's hesitation Hakuin responded, "What, even such an ugly and untalented man as you can become a samurai? Amazing!"
Immediately the proud samurai became angry and drew his sword. "I will kill you!" he roared.
Fearlessly, Hakuin said, "This is hell."
The samurai paused and grew thoughtful. His face softened from its angry scowl. Sheathing his sword he put his hands together palm to palm and bowed to Hakuin.
"And this," said Hakuin, just as calmly, "is heaven."

No soy muy amigo de andar regando historias zen tan apropiadas para el hambre de exotismo del hombre occidental, pero ésta en particular, me pareció muy esclarecedora.

COMPREN, COMPREN