sábado, enero 12, 2008

EL SUPERPOLICÍA DE ACÁ


El tema que me ha trasnochado las últimas semanas ha sido (nuevamente) Linux, pero dado el estado delicado de salud del blog, quisiera reanimarlo con algo que sea de un mayor interés para los visitantes habituales (tal vez haya un par) que con esos temas que atraen desprevenidos navegantes de la red buscando respuestas a algún problema técnico.

Por lo tanto, este post es sobre algo que tenía ganas de comentar desde hace algún tiempo. Digamos que todo comenzó con una película muy buena que vi el año pasado, que salió de la idea loca de hacer una película policiaca de bala ventiada con policías típicos británicos, de esos que uno ve completamente desarmados ayudándole a un viejito que se cayó... una comedia, claro, con ese famosísimo fino humor inglés, dirigida por Edgar Wright, el mismo que nos mostró cómo es tremendamente difícil distinguir entre un habitante de las midlands de Inglaterra normal y un zombie (en "Shaun of the Dead").

El personaje principal de la película, oficial Nicholas Angel, que aparece a la izquierda en la foto que encabeza el post, es un policía que comienza su carrera en Londres con tanto éxito que lo mandan a un sitio donde "su eficacia no sea tan embarazosa". Es así como lo mandan al pueblito mas pequeño, bonito e indeciblemente aburrido que se les ocurrió. Lo que ocurrió ahí se lo dejo al que se anime a ver la película, porque no es suficientemente relevante acá.

Lo que me llevó a mencionar esta joya cinematográfica tan extemporáneamente, fue que los últimos meses he oído bastante sobre un personaje que me recuerda mucho a Nicholas Angel. Se trata de Richard Brumstrom, el jefe de policía del norte de Gales. Lo último que supe de él fue tal vez la anécdota que más me recordó a "hot fuzz". El señor Brumstrom se trepó, en una noche de diciembre, por unos andamios que habían puesto para arreglar el edificio de su cuartel, e irrumpió en su oficina, probando que la seguridad era más bien precaria. Antes de eso, en septiembre, había convencido a unos colegas de que probaran en él una nueva arma eléctrica no-letal que la policía británica está comenzando a utilizar: el taser. En el video, aparece nuestro Brunstrom recibiendo la descarga de 10.000 voltios.

Sin embargo, no fue eso lo primero que supe del superpolicía. Lo primero que oí de él fue lo que más me gustó: en agosto, en unas declaraciones que dió a la prensa, dijo que la prohibición y la guerra contra las drogas era una estrategia fracasada y que el gobierno debería dejar de insistir en ella. Eso, desde luego, le valió un lugar preponderante en la lista de personajes más atacados de ciertos tabloides (ver por ejemplo el Daily Mail) que tradicionalmente toman las posiciones más populistas, militaristas, racistas, y demás ismos de la extrema derecha. El estilo escandaloso y provocador del comisionado (o como sea que se traduzca "constable") ha hecho las delicias de estos tabloides, que desde luego claman por su renuncia, por más que ésta, irónicamente, sería un golpe mas duro para ellos que para él, porque les quitaría un excelente caballito de batalla para indignar a sus lectores godos.

Sin embargo, sus declaraciones sobre las drogas no son el flanco por el que más lo atacan, sino su gestión en el control del tráfico. Su gestión siempre fue conspicua, incluso desde sus inicios como agente raso, cuando con una máscara de gorila detuvo un automóvil que iba demasiado rápido, y que resultó ser conducido por el comisionado de policía de Londres. El programa mas controvertido del señor Brunstrom es, increíblemente, el de las cámaras de velocidad, algo que a uno, tal vez por ser peatón irredimible, le parece no solo inofensivo sino beneficioso. Pero la Asociación de Conductores Británicos ABD difiere bastante de mi punto de vista.

Sin duda no es algo muy común tener un alto mando de la policía de tan alto perfil, que regala a los medios frecuentemente con hazañas físicas o intemperancias verbales, y que además toma como suyas campañas evidentemente culturales como la preservación y popularización del idioma galés. Y ni hablar de su Ph.D. en biología, ni de su nombramiento como druida honorario.

Para acabar de completar el perfil mediático de este funcionario, les cuento otra cosa: fue el primer comisionado de policía en crear un blog, y lo mantiene bastante actualizado. No es libre, es blogger. El que quiera echarle una mirada, puede seguir este enlace.

Para que vean que uno no tiene que contentarse con un "general serrucho"...

domingo, enero 06, 2008

DEL HOGMANAY AL DOGMANAY

Imágenes: A la izquierda la tarima donde tocaron los Red Hot Chili Pipers (para evitar confusiones, obsérvese que todos están muy vestidos); a la derecha, perros compitiendo en el Dogmanay (esta última, tomada de Husky News)

Este cambio de año dejé por primera vez de hacer una recapitulación, y más bien, por recomendación del mismísimo director, me tomé unos días libres y me fui a Edimburgo a pasar la noche del 31 de diciembre y del 1 de enero. Valió la pena. El clima estuvo mucho más benigno que el año pasado, cuando tuvieron que cancelar las celebraciones por los vientos huracanados, y la celebración estuvo excelente; incluso bastante barata.

Todos los pueblos de estas latitudes celebraban el solsticio de invierno durante varios días, y en particular, los noruegos, que solían tener una influencia cultural importante sobre lo que ahora es escocia, celebraban su Hogmanay por estos días.
La influencia noruega de la antiguedad dio lugar en la baja edad media a una cultura de carácter mas céltico, pero la fiesta se conservó. Es curioso que conserve ese carácter nórdico hoy en día, cuando la percepción de la nación escocesa tiene tantos elementos célticos (que la acercan a Irlanda y Gales y la alejan de Inglaterra).

El caso, es que la celebración tuvo visos étnicos curiosos. En particular, el show de Red Hot Chili Pipers, un híbrido entre banda de gaiteros escoceses y banda de rock. Aunque su estilo no es florido y festivo como el de los Celtas Cortos, una especie de homólogo español mas mamagallista, pusieron a todo el mundo a bailar la danza tradicional y a cantar canciones tradicionales que jamás había oído en la vida, y otras muy familiares. Me refiero a "auld lang syne" la canción que uno conoce en su guayigolísima versión española "muy prooonto junto al fueeego nos reeeuniráel Señor", que según me encuentro en Wikipedia fue escrita por el maravilloso y escocesísimo Robert Burns, en un inglés-escocés (lo que llaman "scot") viejo que, por lo que yo entendí cuando cantaban, podría haber sido gaélico. El título significa algo así como, en dialecto colombiano, "el año de úpa".


También tocó Kissmet, un grupo de rockeros barbudos con turbante, originarios de Petersborough. La gente estaba enloquecida con la mezcla de rock de solo de guitarra con música asiática vagamente india, y se les abona la buena vibra, pero francamente no me convenció mucho.

El 31 llegamos a Edimburgo sin tener ni idea de dónde nos íbamos a quedar (un amigo colombiano donde el que pensaba llegar me contó la víspera que no iba a estar) pero todo salió muy bien; encontramos un bed-and-breakfast muy bueno, a un precio muy razonable, y sin tener que caminar todo Edimburgo.
Al otro día, el Dogmanay. Un festival de perros amateurs halando carretas. Los perros lo pasan muy bien, y uno también. Probabliemente por motivos del sindicato de perros, sólo pueden concursar perros que vagamente se vean como Husky siberiano, Malamut de Alaska, o Samoyedo.

COMPREN, COMPREN