lunes, febrero 19, 2007

PEQUEÑOS GAÑANES

Imagen: "One Scotland" tomada de la página web de la Escuela de Artes de Glasgow. Es la imagen de un proyecto para construir un mosaico con 1100 fotografías de gente que vive en Escocia.


No tengo demasiadas anécdotas sobre xenofobia todavía, pero no voy a esperar a la siguiente (si la hay) para comentar las dos que tengo en el blog. Ninguna, por cierto, grave o siquiera preocupante; sólo me produjeron risa. Y ambas tienen que ver con jovenzuelos.
Hace pocos días me encontré una columna de opinión que comentaba un informe de la UNICEF sobre los niños en distintos países del mundo, donde poco mas o menos, concluían que los niños británicos son los mas gañancitos del primer mundo. En la columna de opinión, doña Barbara Ellen hace notar que los criterios de la unicef son un poco ingenuos, y se dejan distorsionar por la actitud bobalicona y políticamente correcta de los jóvenes de los paises nórdicos. Francamente, estoy de acuerdo con ella; esa es la misma gañanez que engendró el punk y otra cantidad de géneros, y probablemente la que le da su toque oscuro al "fino humor inglés".

Ahora si: mis dos experiencias de rechazo racial. La segunda ocurrió en Edinburgo, y fue una cosa de nada: un niño pasó a mi lado inclinándose para murmurar "TERRORIST!". Mi reacción fue un ataque de risa, y si me hubiera dado medio segundo hubiera tenido tiempo de contestarle "good boy". A mi me dio risa porque no siento que me amenace realmente el hecho de que con mi actual barba descuidada luzca como un palestino. Pero entiendo que a otros, particularmente a gente que ha sido golpeada tanto por el terrorismo como por la represión al terrorismo, no les hará tanta gracia. Sin embargo, no hay mucho que uno pueda hacer para cambiar la actitud de los pequeños demonios, excepto actuar distinto a como se espera que un terrorista actúe.

La primera fue menos leve: ante la exibición de rudeza y estilo Marlboro de un grupito de adolescentes que caen en la categoría de lo que llaman NEDs (Non-Educated Delincuents) saliendo de un supermercado en Marryhill Road, adopté una actiud demasiado abiertamente burlona, a lo que ellos, que no parecían tener presencia de ánimo para corretearme, respondieron lanzándome un par de huevos de su mercado. No les había dicho nada; sólo me sonreí y seguí. En ese tiempo, ni siquiera estaba barbudo.

Y no hay mucho más. Otro adolescente que me preguntó si tenía "hierba", lo considero una anécdota divertida en otra categoría.

Vivo en una parte más bien elegante de Glasgow, y no suelo ver muchos NEDs rondando por acá, sólo muy de vez en cuando. La diferencia entre ellos y los jóvenes más acomodados (que no son unas peritas en dulce, tampoco, pero no son groseros y ordinarios) es bastante evidente. Los NEDs caminan con una actitud copiada de los proxenetas de las películas, pero por supuesto no tienen mucho "tumbao" y lo que les sale se parece más a un primate grande. Visten todo el tiempo sudaderas, y el pelo muy corto. Usualmente son flacos, aunque por lo general ostentan cierta barriga cervecera. Y, desde luego, hablan con un acento tan cerrado, que cuando los entrevistan en televisión les ponen subtítulos para que sus coterráneos entiendan.

COMPREN, COMPREN