lunes, junio 15, 2009

BLOOMSDAY


Como entrada en la categoría "Esta mañana me levanté y me preparé un pan tostado", robada con descaro de El Sarcasmo.com, me monto al tren de la celebración del Ulises de Joyce propuesta por Portnoy para el día de hoy, Bloomsday, día del protagonista del Ulises.

(en la imagen, tomada de una página de la Fundação de Educação Artística una foto de la celebración en el año 2005)

Este señor Bloom en particular, se despertó en Glasgow en el cuerpo de un hispanoparlante de bigote y barba hirsutos y más bien poco abundantes, fémures (muslos) y húmeros (brazos) ligeramente cortos; claramente, no un tipo local.

Comienzo vagamente irlandés del día: la perorata matutina de Terry Wogan. Es preocupante como puede uno habituarse a la voz de un locutor particular en las mañanas. A continuación, desayuno, y dibujar cosas en el computador por una hora. Terminé una animación de tortugas inspirada en el hecho de que para Jodorowsky el 8 es un número especial, y yo quería relacionarlo con el número estrella discordiano, el 5. Supongo que terminará en el blog eventualmente.

Después, un poco de ejercicio, bañarme, vestirme, y sentarme a trabajar, es decir, a buscar errores en un programa, que es a lo que se reduce mi trabajo desde hace un par de semanas. Mientras tanto, pongo radio en linea y por referencia de no se quién pongo la emisora del Imperial College, donde están hablando de cómo bautizar el nuevo elemento, y de que alguien propuso llamar al bosón de Higgs "bosón de la botella de champaña", porque no se qué perfil del potencial que produce en el espacio tiene forma de botella de champaña. Sobra decir que no entendí de qué hablaban exactamente. Después trajeron a un astrónomo que quería aprovechar el cuarto de hora de la novela histórica (debido a todos esos best-sellers infames) para escribir una sobre astrónomos. Después llegó otro que habló de que la dificultad de controlar los riesgos de la nanotecnología, porque en algunos casos los riesgos que presentan no exactamente son de carácter químico o mecánico, sino de un tipo inédito que no se entiende bien aún. Finalmente se acabó el programa científico, y pusieron música. Lo primero fue un rap tipo public enemy bastante decente, que si uno le ponía atención, hablaba del trabajo en laboratorio. Ni siquiera los Beasty Boys llegaron a tanta ñoñez.

Hora del almuerzo, y no había salido de la casa; he sido un mal bloom. Ni siquiera tengo acá a mi novia para citarme con ella, qué más quisiera yo. En fin. Almorzar, trabajar un poco más y salir. Antes de salir noté que mi camiseta de "Pie and Mash" (ver foto) estaba sucia, de modo que me la cambié por una que sí resultó limpia. Para no pasar un día demasiado anodino, la única excusa que se me ocurrió fue salir a comprarme un pantalon a los almacenes de caridad de Dumbarton Road (ver foto). Nada extraordinario qué contar, tal vez sólo un borracho ventilando sus desaveniencias con la vendedora de uno de los almacenes, y diciéndole con un acento extremadamente glaswegian que reconocía que había sido "un mal chico". De hecho, me sorprendió un poco haber entendido lo que decía; no suele ser el caso con los locales más silvestres.
Tras pasar por varios almacenes, finalmente encontré un pantalón decente y de mi talla en British Heart Foundation. En el momento en que escribo ésto, no me lo he medido. Sin embargo, si este pequeño párrafo sale en el post final, significa que el pantalón me sirvió y no perdí mi modesta inversión.

En la tarde, más trabajo, sintiéndome culpable por no buscar en la red cómo estarían celebrando Bloomsday en el Hetherington Research Club o algún sitio decente y barato por ahí cerca. Ahora, cuando estoy terminando de escribir esto y poniendo enlaces y fotos, descubro que no hubiera encontrado gran cosa.

A eso de las 9 me gana el sueño y me voy a la casa (como fui tarde a la oficina, me quedo un poco hasta tarde). Me gana el sueño porque anoche también me dormí tarde por jugar a dibujar con el computador. Mucho me temo, lectores habituales, que una entrada sobre lo que dibujaba se ve venir.

Y se me pasó el Bloomday casi sin callejear, y, lo que es peor, sin pubs y sin una gota de cerveza. Qué vergüenza. Qué mal Bloom.

COMPREN, COMPREN