miércoles, diciembre 13, 2006

EL CORAZÓN, Y LA ACTIVIDAD DEL CORAZÓN

Dado que últimamente he encontrado más interés en la práctica del budismo del que esperaba, voy a hablar esta vez sobre un aspecto en el que el budismo, a mi parecer, es bastante diferente de otras técnicas espirituales (llamémosles así)

Lo que quiero discutir, tiene que ver con la idea de hacer las cosas con un objetivo en mente, y cómo se puede hacer de otro modo. Vale la pena discutirlo, porque es algo importante, y bastante sutil, interesante pero fácil de malentender.

El siguiente texto lo escribió (o mas bien lo dijo en una conferencia, que fue grabada y transcrita) Ajahn Munido, un monje budista occidental, contando ciertas partes de su aprendizaje bajo la tutoría de Ajahn Tate, un reputado maestro budista de la tradición Theravada. En él, explica porqué su maestro le dijo que la idea final de la práctica, era "distinguir entre el corazón y la actividad del corazón"

Ya había oído antes sobre desarrollar jhanas, estados de abstracción meditativa y sobre llegar a diferentes estados de realización y clarividencia, pero Ajahn Tate estaba poniendo énfasis en no dejarse distraer por ideas sobre la práctica, ni por las distintas experiencias, sensaciones o impresiones mentales a las que uno está sujeto. Debíamos verlas simplemente como la actividad de la mente. Ellas eran el contenido de la mente. Si el corazón o la mente ( citta ) es como un océano, entonces las actividades del corazón o la mente son como las olas en la superficie del océano. Nuestra práctica debería consistir en observarlas como olas que pasan por la superficie de ese océano.
Muchos de nosotros nos vemos involucrados en la actividad. Yo todavía me veo arrastrado por las olas, por los movimientos de mi mente, y olvido, pierdo la perspectiva. La práctica consiste en mantener la perspectiva, y cultivar la conciencia que distingue lo que se conoce de lo que es conocer. Podemos conocer las sensaciones del cuerpo, podemos conocer sentimientos, movimientos de energía, ideas, impresiones, conceptos, memorias y fantasías. Todo eso debe reconocerse como actividad. ¿Qué pasa si no lo reconocemos como actividad? Que nosotros nos volvemos la actividad, quedamos atrapados en esa actividad. Hay un inspirador dicho japonés que dice: "Ríe, pero no te pierdas en la risa; Llora, pero no te pierdas en el llanto". Nosotros también podríamos decir "Piensa, pero no te pierdas en tu pensamiento; Disfruta, pero no te pierdas en tu disfrute"
A veces, la gente comienza a practicar la meditación budista y a aprender las enseñanzas budistas, y tienen la idea de que la paz consiste en deshacerse de todo el contenido de la mente, dejándola vacía. A veces, en la meditación, la mente parece ser muy abierta y espaciosa, y que muy poco ocurre ahí. Sin embargo, eso no significa que lo logramos, que estamos iluminados. Podemos experimentar vitalidad y placer en esa sensación de apertura, claridad, y espacio, y si no estamos suficientemente informados, podríamos pensar "eso es, esta sensación es el objetivo de todo eso". Ajahn Tate decía que aún esos sentimientos agradables no son más que actividad del corazón. El punto crucial de la práctica es conocer esta actividad en relación con la actividad en la que ésta se produce. ¿En qué está teniendo lugar esta práctica? ¿Qué es aquello que conoce? Deberíamos tener esa capacidad de ver el acto de conocer tanto como lo que es conocido.
Estamos acostumbrados a tomar toda actividad como un medio para llegar a un fin, todos nosotros estamos muy imbuídos de la idea de progreso, y ese tipo de cosas. Tenemos toda la razón si consideramos la meditación, y la práctica del budismo, en general, como algo extraño, porque en realidad no va a ninguna parte. No conduce más que a donde uno ya está. De hecho, dado que la iluminación es eterna, se supone que cuando se alcanza, se entiende también que estaba ahí todo el tiempo.

9 comentarios:

Anónimo dijo...

"Tenemos toda la razón si consideramos la meditación, y la práctica del budismo, en general, como algo extraño, porque en realidad no va a ninguna parte. No conduce más que a donde uno ya está".

Pues sí, pienso que la clave está precisamente en eso: en dejarse llevar por esa meditación sabiendo que estamos en alguna parte. Siempre me han parecido un poco ridículos esos anhelos de "vacío mental" y "tabula rasa" que mencionan algunos pseudobudistas ingenuos. Esa supuesta búsqueda es un simple hábito del mundo burgués; no sólo el buscar un fin, sino incluso hacer un cálculo previo de posibles consecuencias. La meditación no busca nada.

Confieso que nunca entendí muy bien las visiones del espíritu preexistente, el "llegar a ser el que eres", el existencialismo, etc. Pero sí creo en la necesidad de lo estable, lo seguro, lo sólido. Todo lo contrario de lo que nos ofrecen el capitalismo, el ideal de progreso, la meritocracia y la sociedad de la información.

El budismo me parece una influencia más que interesante. Pero de momento no ha pasado de eso: una mera influencia.

jotasen dijo...

En un libro titulado "Preguntando a Krishnamurti" hay una conversación que aparece bajo el título "Qué es la meditación?". De esta conversación que Krishnamurti sostuvo con Chögyam Trungpa extraje algunos comentarios:

Chögyam Trungpa: Para resolver el problema humano del desorden se necesita de la meditación no en un sentido corriente o convencional, sino en un sentido extraordinario. El sentido extraordinario de la meditación es ver el desorden como parte de la dirección. Ver el desorden como orden. Sin intentar solucionarlo.

Krishnamurti: El orden completo es la quietud total de la mente. La quietud de la mente es la mente más activa. Es lo más dinámico, no se reduce a algo muerto. Es como un enorme dínamo.

Lanark dijo...

Stavrogin: Es bastante halagador ver que los lectores realmente captan la idea. Sobre lo que dices sobre el enfoque occidental de las prácticas "nueva era" (así les llamará, supongo, algún burgués) algo divertidísimo de la meditación, es que me ha mostrado hasta qué punto están enraizados en mi propia mente esos hábitos. A veces, tengo que aguantarme la risa por las ridiculeces en las que mi mente trata de convertir la práctica. Hasta ahora, me ha funcionado el observar también la propia risa como otra actividad de la mente, y no involucrarme completamente con ella.

Me tranquiliza ver que mis explicaciones no se toman por una especie de evangelización, porque no pretendo que nadie se convierta. Por lo general los budistas no predican el budismo, sino que tratan de darle a la gente lo que puedan usar del budismo siguiendo su propio camino personal. Nunca he visto que un budista pretenda convertir a nadie.

Jotasen:Mi experiencia con Krishnamurti es que requiere una buena cantidad de esfuerzo obtener algo de sus escritos. No es que no sean valiosos, sino que lo son demasiado. De hecho, entendí mucho más de lo que escribió a medida que vi cotejando su obra con su biografía. Aparte de eso, no se puede entender a Krishnamurti sin tener algún tipo de referente en experiencias de percepción no-dual, o al menos haberse familiarizado con lo que las personas que las han tenido dicen al respecto. Lo que dice Chögyam Trungpa se entiend, va bastante por el lado de mi post.

Pero la respuesta de Krishnamurti es, estrictamente, una contradicción, si se interpreta ingenuamente. Obsérvese que no es la "mente quieta" lo que es la mente mas activa. Es la "quietud de la mente" lo que es la mente mas activa. Ahí, está ilustrando de manera más sutil la distinción entre la mente y la actividad de la mente.

Kyboy dijo...

Me gustaría citar al Maestro Eckhart, dominico alemán del siglo trece, y ver como su misticismo occidental, reflejado en la practica y el ejercicio del corazón, no se diferencia casi en nada de propuesto por el budismo o el vedanta. “ ... y el alma, cuando llega esto pierde su nombre y Dios la atrae a su interior de modo que sea anonada en sí misma, tal como el sol atrae hacia sí el arrebol matutino de manera que éste se anonada. A tal punto nada lo lleva al hombre a excepción del puro desasimiento. A este respeto podemos referirnos también a la palabra pronunciada por Agustín: El alma tiene una entrada secreta a la naturaleza divina donde se le anonadan todas las cosas en esta tierra la tal entrada no es sino el desasimiento puro. Y cuando el desasimiento llega a lo mas elevado, se vuelve carente de conocimiento a causa del conocimiento, y carente de amor a causa del amor y oscuro a causa de la luz. En este sentido podemos citar también lo dicho por un maestro: Los pobres de espíritu son aquellos que le han dejado a Dios todas las cosas, tal como las tenía cuando nosotros todavía no existíamos. Semejante cosa no la puede hacer nadie sino un corazón ascendradamente desasido. El que Dios prefiera morar en un corazón desasido antes que en todos los corazones, lo conocemos por lo siguiente: Si tu me preguntas: Qué es lo que Dios busca en todas las cosas? Te contesto con una cita del Libro de la Sabiduría; allí dice : “ ¡ Busco descanso en todas las cosas¡ “ (Eclesiástico 24,11). Mas no hay descanso absoluto en ninguna parte con la única excepción del corazón desasido por eso Dios prefiere morar allí antes que en otras virtudes o en cualquier cosa”.

Anónimo dijo...

Tu post de hoy me recuerda a un par de "Koans" que te dejo aquí:

"Maestro, ayúdame a encontrar la liberación.
- ¿Y quién te tiene prisionero?
. - Nadie
. - ¿Por qué buscas la liberación entonces?.

Maestro, ¿Tengo razón en no tener ideas?
- Desecha esa idea
- Os he dicho que ya no tengo ideas, ¿qué podría desechar?
-Desecha la idea de que no tienes ideas.

Maestro, ¿qué hago para encontrar la iluminación?
-Prepara los alimentos, barre y ordena la casa, come, duerme...
¿Maestro, y tú qué haces después de haberla encontrado?
-Preparo los alimentos, barro y ordeno la casa, como, duermo..."


(creo que los he leído en "Carne de zen, huesos de zen")
Un abrazo entrañable.
Hannah

Anónimo dijo...

Hola lanark. Muy chevere el tema... yo tambien "me pierdo en mi mente muchas veces". Durante alguna vez medite con yoga y me ayudo un poco en la concentración. Otro tiempo lei por ahi a Tolle que es como neo-zen y el man plantea algo mas o menos similar al texto con respecto a la identificación que asumimos con lo que hacemos (el tambien pone en cuestion lo que sentimos y otras cosas), no se si pueda ser que el zen tambien lo considere.

Un saludo

Lanark dijo...

Kyboy: Así es, parece que en etapas digamos "avanzadas", todas las prácticas espirituales convergen hacia la experiencia no-dual. Aparentemente los místicos occidentales llegan al mismo punto (o no-punto, o punto-y-no-punto) que los arhats orientales, aunque, desde luego, por un camino bastante distinto; tal vez la mayor diferencia sea el uso de la fe. Pero al final, tanto la fe como otras herramientas se vuelven bastante irrelevantes. Tal vez por eso los místicos suelen negarse a presentar su camino como una fórmula a seguir.
Sin embargo, el budismo es más accesible, en el sentido de que son unas técnicas que van paso a paso y se supone que están garantizadas para el que tenga suficiente decisión de seguirlas, así la decisión de seguirlas tenga que ser desechada en un momento dado.

Hannah: No es casualidad que te los recuerden, porque los Koans son una herramienta utilizada, como tu sabes, por una tradición budista mahayana, el budismo Chan. Hay que aclarar que aunque hablemos de distintas tradiciones budistas, que utilizan técnicas un poco diferentes, sólo hay un budismo. Hay un fenómeno que ha ocurrido con el budismo Zen en occidente, y es que parece que ante los ojos occidentales el Zen es menos parecido a una religión que "los otros budismos", es sólo un ejercicio literario como los que proponía el Dadá, sólo que mucho mas fácil. La blogósfera está atestada de poemas cortos a los que el autor llama Haikus. Pero sobra decir que eso es una equivocación, porque ninguna tradicion budista se parece a una religión (aunque algunas hayan dado lugar por motivos políticos e históricos a una débil noción de jerarquía, y tengan Dalai Lama, Panchen Lama, Karmapa, etc.). El budismo no requiere fe, no impone ningún Dios, ni ningún control moral institucionalizado.

Toniov: Voy a buscar a ver qué encuentro de este Tolle, aunque, claro, el hecho de que sea neo-zen me llena de desconfianza. De todos modos, lo voy a leer con la actitud más abierta y dándole honestamente una oportunidad a lo que dice. Lo de la desconfianza es por lo que dije antes, que algunos occidentales creen que el zen es una versión de Dadá para doomies, un Dadá degradado. Un ejercicio literario para que cualquier bobalicón se sienta chocoloco.

Kyboy dijo...

Señor Lanark, no creo que el budismo se escape a ser clasificado como una religión. Aunque esté más cerca que las demás de ser una religión sin “Dios” y se trate principalmente de un conjunto de practicas para acceder a un estado de conciencia. En el budismo tibetano por ejemplo, la divinidad del Dalai Lama es indiscutible, el concepto de reencarnación tampoco y sus jerarquías no son para nada débiles, por el contrario, al igual que en el budismo zen, sus jerarcas son tan infalibles como el papa. Al igual que el cristianismo, el budismo se ha influenciado de la idiosincrasia propia de las regiones donde se ha desarrollado y diferenciado, por ejemplo en el tibet muchas de las técnicas que constituyen la practica ya hacían parte del chamanismo propio de la región y su concepto de reencarnación es también particular.

Con respecto a la fé como técnica espiritual se puede decir que de lo que se trata es de recrear o repetir la posibilidad de acceder a un estado llamemoslo x, concepto muy similar al utilizado por Castaneda cuando se refiere al INTENTO. Es decir que el estado que se pretende ya es conocido, se sabe a donde se quiere llegar, no es pura teoría solamente o lo que conocemos como dogma de fé, cosa muy distinta.
Por otro lado, cuando se pretende iniciar a un neófito en cualquier religión o tradición espiritual que aspire a una visión mística, se parte del hecho de que muy probablemente este no haya tenido acceso anteriormente a este tipo de conciencia, lo que sí requiere este tipo de fé. Pero de esto tampoco se escapa el budismo.

Lanark dijo...

Kyboy: Releyendo lo que he escrito, tu comentario me llamó la atención sobre dos imprecisiones que cometí.
1) Dije que las jerarquías del budismo tibetano son débiles, y no lo son. Lo que quería decir, es que no son un intrincado orden jerárquico formal como la iglesia católica, o uno informal pero igualmente intrincado como los demás cristianismos. Es una jerarquía con pocos niveles, realmente. En ese sentido se parece a la que se ha implantado en ciertas ramas del Islam, si bien los Tulkus, los lamas reencarnados ilustres, son más venerados que los Imanes.
2) No mencioné que, a mi parecer, si bien el budismo como una sola práctica no es una religion, las tradiciones budistas particulares frecuentemente sí lo son. De otro modo, no habría alrededor de 300 millones de budistas actualmente. Sospecho que la gran mayoría de esos 300 millones deben practicar una forma particular de budismo que se parece más a una religión que a una búsqueda espiritual personal.

Tu explicación del papel de la fe en la búsqueda espiritual es, por cierto, bastante mejor que la mia; es curioso que para mi, y tal vez para otros que hayan leído a Castaneda, la fe y la oración puedan interpretarse como un fortalecimiento del intento necesario para acercarse a la experiencia de la no-dualidad, que creo que Castaneda llama la Tercera Atención.

COMPREN, COMPREN