martes, noviembre 21, 2006

RECTA CONCENTRACIÓN

Del viernes al lunes, pasé una buena parte del fin de semana frente al computador de mi casa; parte escribiendo, y parte arrodillado en el suelo desarmándolo. Desarmándolos, en realidad, porque el primero que compré (Fujitsu-Siemens), por un precio bastante bajo, era demasiado viejo, y terminé comprándome otro más poderoso (Hewlett-Packard), aunque, curiosamente, sustancialmente más barato. Voy a describir el proceso en tres etapas.

ETAPA I
Donde me di cuenta de que realmente el computador no podía con los paquetes que necesitaba usar. (Vector Linux funciona bien, pero no emacs ni teTeX) El procedimiento por el que llegué a darme cuenta fue, desde luego, intentando todas las maneras posibles de hacerlo. No me permití alargar las pesquisas hasta tarde en la noche, porque el sábado me había comprometido a ir por la mañana al centro budista (Scotland's Buddhist Vihara) a ayudar.

INTERMEDIO
En el centro budista, hubo almuerzo ceremonioso. Una señora de Sri Lanka le llevó el almuerzo al monje, y éste presidió (para sólo dos personas, la señora y yo) una ceremonia en la cual se ponía en relieve el hecho de que para el monje recibir la comida está condicionado a que él dedique toda la energía que le da la comida a practicar el Dhamma (el camino, la doctrina) y a facilitarle a los demás la práctica. La ceremonia involucró unos cánticos muy bonitos en Pali (el monje tiene buena voz) y tiene una parte antes del almuerzo, el almuerzo del monje, el almuerzo de los demás (comida deliciosa, muy picante) y una parte después del almuerzo, donde el monje bendice a los presentes, y nos pone una cuerda blanca anudada a la muñeca derecha, como recordatorio de que uno se debe al Dhamma.

ETAPA II
Donde agarré el computador, y me fui a un almacén a averiguar si le podían poner más chips de memoria. Es difícil conseguir chips para una tarjeta de hace 6 años. Saliendo del almacén, vi el computador que estaban vendiendo, y lo compré, no sin algunos segundos previos de indecisión y agonía.
Esta etapa, termina en la vigorosa actividad física de traer los computadores, uno primero y el otro después, a mi casa a 7 cuadras, bajo una llovizna leve pero muy fría, a un ritmo bastante rápido porque iban a cerrar el almacén.
El resto de la noche, pasó entre instalar Vector Linux en el computador nuevo, y lidiar con el problema de conectarme a Internet. Darme cuenta de el H-P (Hewlett-Packard, no sean malpensados) tenía modem pero no tarjeta LAN (en la residencia no nos conectamos a internet por modem sino por LAN), sacarle la tarjeta LAN al F-S, conectársela al H-P, y constatar que no la reconocía. Una vez. Dos veces.
Dado que ninguno de los computadores tiene quemador de CDROM, que yo dejé mi memoria flash en Colombia, y que por alguna razón los diskettes de 3 pulgadas no me duran más de un día sin dañar los archivos, la perspectiva de no tener acceso a la red implicaba que no podía trastear información entre la oficina y la casa, es decir, que no me iba a servir el computador nuevo.
Es así, como la cabeza me empezó a funcionar en círculos, donde el haber comprado los computadores resultaba en un grave error que menguaba bastante mis fondos, abría la posibilidad de perder aún mucho más tiempo en el futuro, quitándome por lo tanto la posibilidad de ganar más dinero, lo cual hacía en cada ciclo más difícil comprarme un computador nuevo, amén de la aparición de más dificultades de comunicación con mi media naranja y demás amigos en Colombia, e infinidad de otros horribles accesorios a mi desgracia.

ETAPA III
Mientras me disponía a conectar nuevamente el computador F-S, sentí el calor disipado por mi agitación, y me quité el suéter, dejando al descubierto el amuleto budista, la cuerda blanca atada a la muñeca. Y de inmediato recordé uno de los preceptos del budismo: la recta concentración. De pronto, recordé cómo hacerme consciente de los pensamientos en mi cabeza, del estado de mi cuerpo, y de mi estado de ánimo. Las tres cosas para las cuales entrena la meditación budista.
Aunque en mi cabeza seguía dando vueltas el teatrino de guiñol de mi desgracia, en mi espalda los músculos seguían crispados, y mi pecho se encogía bajo el peso de la tristeza, mi mente logró observarlo todo desapegadamente, y entendí mi situación de una manera completamente distinta.
Recordé que en las escrituras budistas que narran la vida del Buda Shakyamuni (el buda histórico), siempre tenían la costumbre de pedirle al Iluminado las cosas tres veces, y a las primeras dos, él se negaba. Riéndome un poco del absurdo de establecer un paralelo entre el Buda Shakyamuni y un computador viejo que no reconoce una tarjeta LAN, me apliqué a instalársela con mucho más cuidado.
Y, como el Buda, a la tercera cedió.

Desde entonces, todo marcha. No digo ni bien ni mal, todo marcha. No me iluminé, no hice ningún milagro (simplemente, resultó ser asunto de maña) pero llegué a vivir una vez más cómo se vive el aquí y ahora, que son todo lo que existe.

No digo que sea necesario practicar meditación budista para lograrlo, pero ayuda muchísimo. Cuando uno medita, entrena la atención para observar sin ningún tipo de compromiso. Y cuando no está meditando, uno puede acceder a ese sitio de claridad en su mente que creó, o que encontró, al meditar. Por otro lado, siempre he sido muy escéptico respecto al uso de amuletos, pero al menos en ciertos casos, creo que se trata simplemente de evocar un estado mental.

10 comentarios:

Anónimo dijo...

Gracias por el texto, Lanark. El budismo me empezó a interesar hace un par de años, pero es cierto que todo lo he encontrado a este respecto más allá de unos cuantos libros ha sido muy decepcionante.

Por un momento he sentido deseos de participar en actividades como la que has descrito, un simple acto musical y pacífico. Pero no siempre es fácil encontrar un budismo tan desnudo y puro. Casi todo lo que encuentro en Madrid son pastiches, repetición de clichés y lugares comunes. Nada que ver con el estado de higiene mental que tan bien has descrito.

Lanark dijo...

Así es. La mayoría de las versiones del budismo a las que podemos acceder en occidente están muy contaminadas de varios elementos, los principales de ellos son

-Ciertos sectores sociales se han apropiado de la práctica como una forma de distinguirse, es decir, como algo que les da un estatus social. Algunos centros budistas son clubes sociales para oligarcas.

-Diferencias que aparentemente son ideológicas, pero en el fondo suelen ser económicas, políticas o simplemente el ego indomable de algún líder, llevan a ciertos grupos a copiar los esquemas autoritarios y sectaristas de otras religiones al budismo.

-Confusiones filosóficas y prácticas, de gente que ha estado expuesta a más influencias de las que puede asimilar, y quiere crear una versión del budismo acomodada a las particularidades de su ego y de sus circunstancias. Esa, valga aclarar, es la menos inconveniente para el que quiere involucrarse, pero también puede ser un problema.

Sin embargo, algún camino siempre termina encontrándolo a uno, si uno está suficientemente despierto para "atrapar su centímetro cúbico de suerte". Y sospecho que es un camino diferente para cada persona.

Anónimo dijo...

De las pocas cosas que leí, nunca puede ver el uso inmediato de las enseñanzas budistas o de la práctica del zen... por absurdo que parezca. Esto que escribiste me parece una descripción bellísima de lo que a simple vista parece ser tan fácil. No creo que esto pueda ocurrir a menos que existan arduas y disciplinadas horas de práctica. Cuanta envidia me produces.

Lanark dijo...

Mare: Es increíble, pero aparentemente sí hay ventajas prácticas en la práctica de la meditación.

Realmente, lo mejor que se puede hacer por los demás es darles herramientas para que logren obtener una mayor conciencia por sí mismos. Gracias por darme a entender que he puesto un grano de arena aclarando la práctica.

Hay ventajas de la práctica meditativa que son aparentes, pero en realidad son poco menos que trampas, como por ejemplo la impresión de que uno está ganando un control "sobrenatural" sobre la realidad circundante, o al menos una cierta influencia sobre los demás. Puede ser cierto o no, pero hay que cuidarse de darle importancia.

Porque lo realmente importante, es aprender a vivir el aquí y el ahora.

Tal vez si alguien hace un show de levitación, o si muestra cómo puede influir los índices de criminalidad de una ciudad poniendo mucha gente a meditar, como hace el Maharishi, se pueda atraer personas a la práctica, que de otro modo no le prestarían atención, pero es peligroso llegar a creer que es un asunto de control. No hay que ilusionarse tampoco con la posibilidad de arreglar la vida de los demás sin su participación, porque esa sería otra ilusión de Mara.

Frau Rodriguez dijo...

Estimado **** Lanark:

(**** = para no estropear el anonimato, jeje)

- (out of topic): si ves que este asunto bloggeril es de lo más enganchador??

- Yo de Tailandia llegué receptiva a esta serie de información. Aunque aún sigo lo suficientemente vaga para ponerme en serio a meditar, si ando muy modestamente en la onda "no salirme de los chiros sin necesidad", "no voy a emputecerme por pendejadas" y demás pasitos, que en este estadio de profanidad me han sido muy útiles para organizarme una vida -eso que le va pasando a uno sin que uno se de cuenta- mucho más agradable, en el aquí y el ahora, como bien dices.

Qué bueno encontrar en tus predios más fuentes de inspiración e información al respecto.

Anónimo dijo...

Este post lo habia leido hace ya varios dias y me habia ido con el a caminar en la lluvia que no para en este siempre verde pueblo. Lo lleve en mi cabeza por varias razones, la mas facil: lo del amuleto o mejor dicho, los amuletos.
Siempre me a parecido curioso aquello de que si uno es Catolico lo tiene que demostrar usando una cruz o si uno es sik se debe cubrir la cabeza (los hombres) o que si es musulman y mujer cubrirse toda. Es decir por que esa necesidad de establecer socialmente un marco de referencia en donde se diga en lo que uno cree o la manera en que uno ve el mundo o lo siente. Sera como aquello de casarse y ponerse una argolla que simbolisa que uno no esta "disponible"??? No se.
En los actos de fe, (asi entiendo yo el acercarse al Budismo) me parece que el usar una simbolo de estos tiene que ver mucho con recordarle a uno mismo en la busqueda que se ha embarcado.
Por otro lado el ser consciente de ser un cuerpo inundado por energia en un principio y atravesado por otras energias circundantes, pues ser al principio muy dificil, luego muy excitante y finalemente le trae a uno mucha calma o por lo menos un balance que hace que vea el aqui y el ahora como lo que son.
Yo no medito pero si hago me dejo llevar por las energias que fluyen a traves de mi cuerpo. Siento cosas que es muy dificil explicar y que a veces me asustan pero es mi viaje de descubrimiento sin simbolos externos.

Lanark dijo...

Marcelius: Pues como difícil que no cayera en el vicio de los blogs, dado lo parlanchín que soy, y el hecho de que me gusta tener amigos interesantes, interesantes por lo que tengan para decir o escribir.
Qué bueno que el texto les haya parecido inspirador. Y qué bueno que te hayas traído una experiencia de primera mano de esos sitios tan chéveres, donde el budismo llegó a ser algo tan multitudinario e influyente.
Por cierto, si algo tienen de bueno esos morideros del primer mundo (sabrás a cuáles me refiero) es que son tranquilos y tienen sitios donde uno se puede sentar por horas a ver las maticas, y a estar en silencio, sin que le pidan "una moneda, mona". Y cultivar ese silencio es tan bueno, tal vez, como meditar, dependiendo de la persona. Puedes probar. Si estás desempleada, es mejor estar en esas, que dando vueltas en la casa como un cuzumbo en una jaula.

Adriana: A veces, los símbolos religiosos se usan como un uniforme, algo social, para que sepan en qué bando está uno. Algo casi que militar. Me parece que algunos cristianos y musulmanes se lo toman de ese modo.
Cuando uno aprende meditación de cualquier tipo, usualmente los maestros le advierten que uno puede tener esas experiencias de percepciones raras, y que no se asuste. Por ahí leía (Wilber, creo) que también se puede llegar allá por otro tipo de experiencias, que nunca se sabe. Una de las cosas que pueden enseñarle al cuerpo a percibir, en ciertos casos, es el sexo. Y no hablo de ese "sexo tántrico para ejecutivos" que parece basarse en comentar con los amigotes de la oficina la capacidad amatoria extraordinaria de uno.
El caso, es que todo lo que uno pueda lograr es un estado intermedio, y si uno se amaña y se quiere aferrar a ese estado, pues se está saboteando. Hay que aprender, seguir por donde le toque a uno seguir.

Anónimo dijo...

Algo que se ha comprobado más alla de los estudios y más por el sentido comun es como la mente, el cuerpo y el alma van conectados y como el hombre moderno ha tratado de estudiarlos y tenerlos por separado....

La mente es para mi el centro de esas tres y lo que yo percibo es que es una maravillos maquina biologica de la cual con solo usar un poco porcentaje de su capacidad hemos llegado a donde estamos.

Tal vez la meditacion sea una forma de ejercitar esas super capacidades de la mente y que a veces debe ser canalizada en credos y fe para que la gente aprenda a explotarla y descubrir que nuestra realidad es tan maleable e incomprensible que no se puede clasificar en un tubo de ensayo...

Lanark dijo...

Bochica: Tal vez la meditación sea un entrenamiento para otras capacidades de la mente, pero a mi sólo me interesa como entrenamiento para la atención.

Durante los dos milenios y medio que se ha practicado el budismo, la meditación se ha utilizado para explorar la experiencia subjetiva de una manera casi científica (el casi, es por su objeto de estudio, no por el método) y ha permitido acumular cantidades de información al respecto que no tienen, a mi parecer, nada que envidiarle a las grandes cantidades de información que se han acumulado a través de la sicología científica.

No tengo escrúpulos para llamar "científico" al método de una meditación rigurosa, porque cumple con los requisitos básicos: se entrena uno para percibir adecuadamente, con un cierto procedimiento estándar, y observa con cuidado, y de acuerdo a lo que observe, que puede ser comparado y discutido con otros igualmente entrenados que lo han observado, se puede verificar o refutar.

Cuando uno mira los textos budistas que no son de divulgación para occidentales, se encuentra unas clasificaciones tremendamente precisas y exhaustivas de muchísimos aspectos generales y particulares de la experiencia subjetiva, que hacen parecer a la filosofía occidental un esfuerzo amateur y no muy riguroso.

Por otro lado, la ciencia occidental sí tiene algo en que le lleva ventaja a la investigación budista de la conciencia, y es que desarrolló un lenguaje muy poderoso y efectivo: las matemáticas. Los budistas, aparentemente, no tienen algo así (a menos que sea algo que se pierde en la traducción) exceptuando quizá las elegantes representaciones gráficas que contienen los mandalas y los tangkas, así como otros símbolos.

Anónimo dijo...

Mmmm interesante pero hasta los cientificos y los budistas deben admitir que es un campo de estudio deeeeemasiado extenso (hablando de las capacidades de la mente como conector cuerpo, conciencia, espiritu digo yo.....

COMPREN, COMPREN