miércoles, junio 10, 2009

QUISIERA SER ALGUIEN MAS

Imagen: Helen Townsend habla con el ex-novio de la persona que ella quisiera haber sido. Tomada de la reseña de la película en The Independent.

Entrada corta. Como truco sucio para tranquilizarme sobre la supuesta falta que les haga a los lectores, voy a escribir una de esas entradas sobre cine que nadie comenta "porque no se han visto la película". Así quedo más tranquilo, al ver que los lectores tampoco escriben nada.

Hace unas horas estaba desparramado, muerto del sueño, en una silla del Glasgow Film Theatre. Las consabidas propagandas de carros, la mayoría de las cuales desprecio con toda mi alma, exceptuando las de "VW patrocina el cine independiente" donde sale gente británica muy silvestre dando interpretaciones locas del guión de películas famosas. La propaganda de Orange, que también me gusta, aunque hoy, por enésima vez, fue la de Emilio Estévez. Finalmente, la de la red de cines europeos, que sí me gusta más. Y después una sorpresa agradable: un corto como los que pasan en Colombia antes de las películas. Creo que es la primera vez que veo eso acá en el Reino Unido. Previsiblemente, mejor que los que me tocaban cuando estaba en Colombia. Ahora como que hay algunos mucho mejores, como Rojo Red. El corto era sólo música y una cámara volando en un parque londinense con el sol de la tarde. Me parecía estar soñando, estuvo chévere.

Finalmente, la película. Según el folleto, era de una adolescente que al actuar para una reconstrucción de los hechos de la policía, se antojaba de convertirse en la joven cuya desaparición se investigaba. Y era eso, más o menos. Pero yo esperaba la historia de una adolescente desequilibrada intensísima que, poseída por el cliché cinematográfico, llevaba el capricho de querer adueñarse de una vida ajena a los dominios del thriller. Pero no.

En realidad, aparece un personaje tranquilo al que simplemente le tocó una existencia bastante triste y contempla embelesada otras existencias mucho más agradables. Nada de esas tormentas emocionales interiores que les suelen gustar a los cineastas y escritores de diversas pelambres; algo mucho más claro e interesante, en un personaje que siendo diferentísimo a mi, me inspiró mucha simpatía. Helen Townsend quería dejar de ser ella y ser alguien más. Pero durante la película no hizo nada al respecto, sólo vivió su aspiración mientras hacía lo que tenía que hacer como Helen Townsend. A lo sumo, sostuvo monólogos bastante sencillos y sinceros como hablando con Joy Thompson, la joven desaparecida. Helen la visitaba en el bosque donde la vieron por última vez, aunque Joy no estuviera ahí.

De hecho, me sorprendió que muchas reseñas ignoraran el hecho de que claramente Helen estaba viviendo la vida de Helen, y no estaba escapando de ella como suelen hacer los dudosos héroes cinematográficos chocolocos.

Vista con mis ojos, en la película Helen pasaba por un proceso para darse cuenta de que Helen no era más Helen que Joy o que cualquier otro. Que el corral que uno mismo se ha construído definiendo quién es, es imaginario, pero tiene que actuar algún hecho particular para que uno vea que el corral imaginario está ahí, que es imaginario, y lo pueda borrar a voluntad. El hecho que le da a uno el empujon para deshacer el corral es en parte externo, pero es más bien como un ritual en el que uno decide participar. Con las reservas de mis lectores escépticos, lo que yo vi en la película, es un ritual funcionando como debe funcionar un ritual. Claro que la película termina abruptamente antes de que se vea claramente si Helen efectivamente se volvió alguien más. Yo creo que es porque no importa. Porque realmente a donde hay que llegar es a darse cuenta que no importa, que uno es uno tanto como es otro.

Carambas. Qué trascendental, que me puse. Pero es que todavía me dura el efecto de la película, su música chocoloca, y el documental previo. Se siente sabroso, no crean.

BONUS TRACK

1 - Liam y Noel tampoco quieren ser ellos.





2 - Daniel Samper Ospina tampoco quiere ser él.



7 comentarios:

adriana dijo...

Los cortos los pasaban antes tambien, generalment muy malos

Lanark dijo...

Adriana: No me extraña demasiado; en todas partes hay gente a quien le gustaría hacer cine como sea, que generalmente significa mal. De hecho, probablemente a todos nos gustaría intentar hacer cine, y lo que nos detiene es en algunos casos la sensatez.

MariaPaulaLG dijo...

que fastidio samper con los referentes de siempre

¿y el manifiesto del señor platano?

Lanark dijo...

Maria Paula: Es que yo no estoy viviendo en Colombia; tal vez por eso no me canso de los mismos referentes.

No había caído en cuenta de que el señor plátano tampoco es él mismo; hay que buscar entre sus evangelios apócrifos algo que funcione acá.

Andrés Meza Escallón dijo...

Creo que en la reseña faltó algo, tal vez precisamente porque era demasiado obvio: el título de la película. ¿Es esta?

Y bueno, qué interesante sería que los cortos fueran parte de la experiencia de ir a cine, como comprar las crispetas y la gaseosa (bueno, cuando eran pagables), y no esos desesperados esfuerzos por contarle a uno toda la película y espantar cualquier interés que uno pudiera haber tenido por verla.

Lanark dijo...

A.D. : En efecto, encontraste la peli. Qué paila que se me haya pasado decir el título.

Y coincido completamente en que los pequeños detalles ceremoniales de ir a cine lo vuelven una experiencia mucho más chévere, bastante diferente de bajar películas por internet y verlas en la cocina mientras uno almuerza.

También coincido en que casi siempre las descripciones comerciales de las películas son un factor disuasivo bastante fuerte. Yo ya saqué cayo, y me guío más por otras cosas, aunque a veces también caigo y dejo de ver pelis buenas porque las promocionan de una manera muy torpe. O bueno, tal vez no sea torpe y funcione con la mayoría de la gente.

Sergio dijo...

Este post lo leí el mismo día que me tocó decirle a alguien que si quería ser otro, simplemente lo fuera.

COMPREN, COMPREN