domingo, mayo 25, 2008

ESCOCIA ES PASIÓN

Imagen: Afiche de la película DOOMSDAY, de Neil Marshall, estrenada este año. Tomada del blog "Secrets under the sea city", donde hay otros afiches más.

Continuando con la tradición de comentar películas apocalípticas como "The Children of Men" y "Youth Without Youth", así como también con la de comentar películas sobre Glasgow (Red Road), preferiblemente filmadas en Glasgow, voy a dejar en el blog algunas impresiones sobre una película de acción post-apocalíptica muy entretenida que vi la semana pasada: "DOOMSDAY".

La película se sitúa en el año 2035 en una escocia que hacía 30 años había sido declarada en cuarentena debido al brote de un virus mortal e invencible, y había sido aislada del resto del mundo por un enorme muro y un sistema automático eficacísimo y desde luego despiadado de vigilancia. Los millones de escoceses que habían tenido la desgracia de estar en suelo patrio cuando la cuarentena, fueron encerrados ahí con el virus, presumiblemente para morirse todos, o, como ocurría en la película, para retroceder a un estado semisalvaje en sus variantes ciberpunk o medieval.

La heroína de la película (interpretada porRhona Mitra) es una superpolicía que cuando niña había sido rescatada a último momento de su país clausurado, y había crecido sin país ni familiares, desarrollando una personalidad de hombre marlboro ruda y autosuficiente, además, desde luego, de unos PODEROSOS brazos. Ella es mandada a Escocia en una misión super-secreta y desde luego super-importante, a traer una supuesta cura para la enfermedad que amenaza con erradicar a la nunca bien ponderada especie humana.

Todo esto, claro, da la excusa perfecta para mostrarnos una Glasgow post-fin-del-mundo muy bien lograda, y hacer una gran matazón de punkeros con disfraces y costumbres interesantes, así como una visita al otro extremo de la regresión histórica escocesa, en el castillo de los oscurantistas medievalófilos. En un artículo de The Guardian puede encontrarse una discusión extensiva de un aspecto importantísimo del apocalipsis: qué ponerse después del apocalipsis. En dicho artículo, Hadley Freeman afirma que "Es peligrosísimo dejar a los escoceses a su albedrío. Ellos fruncirán la cara, se la pintarán de azul y se pondrán ropa que parece salida de una tira cómica de Tin Tin"("It's downright dangerous to leave Scottish people to their own devices. They'll snarl, they'll paint their faces blue and they'll start wearing clothes that appear to have come out of Tintin. Rob Roy: you have so much to answer for.")

Aparte de estas consideraciones relativamente superficiales, la película también muestra la relación bastante ambigua de los escoceses con su país. Un país que tradicionalmente ha producido grandes cantidades de emigrantes, algunos de los cuales resultaron languideciendo hasta perecer en las selvas del darién, en Urabá. La tendencia a irse no es tan fuerte ahora, cuando para un escocés es claramente el mejor país para vivir si no es millonario o al menos rico. Y, sin embargo, se quejan. Todos recordaremos tal vez la opinión que tenían de su país los junkies de Trainspotting. En caso de que el lector no sepa de qué opinión hablo, era mala, y tenía groserías. Y el otro día, en la estación de Balloch, cuando el tren se había retrasado un par de horas por un incendio, un niño le preguntaba al papá "¿por qué no viene el tren?" y el papá le contestaba "porque nuestro país es basura".
Imagen: Escocesas con chumbimba en Glasgow. Tomada del flickr de un tal George Morris
Probablemente la opinión de los escoceses sobre Escocia no mejoraría si se los encerrara acá como en la película, pero la forma como empeoraría me parece interesante. En la película, los punkeros tenían una retórica medio Nietzschesiana que me recordaba un poco a los sicarios de las películas colombianas (aunque se servían de una violencia mucho menos eficaz e instrumental, claro, como buenos punkeros). Y, en cambio, los medievales tenían un discurso aislacionista y fundamentalista sospechosamente parecido al del BNP (British National Party). La mezcla de desprecio y orgullo por su propio país que retratan en la película, y la que he observado en los mismos escoceses, me hace sospechar, una vez más, que la gente es igualita en todos lados.

Ah, si. Y la película, muy buena. La recomiendo. No es una obra maestra, pero como película de acción es muy buena. Creo que ahora tampoco necesito a Hollywood para eso. Que se los coma el marrano, con sus refritos y su carencia de ideas nuevas.

COMPREN, COMPREN