viernes, marzo 09, 2007

EL ESPIONAJE ES SÓRDIDO Y PUERCO

Imagen: plaga de langostas, tomada del blog de un monje budista gringo en Mongolia.

Érase una vez un pobre diablo que se tomaba mortalmente en serio. Desde que, de niño, su papá le dió un sermón sobre no decir mentiras minutos antes de suicidarse, vivió en un mundo donde la verdad era una entelequia como la Patria, el Honor, y todas esas cosas a las que se agarra la gente para maquillar la miseria moral de su vida. En cambio, la mentira era una presencia muy concreta y amenazante, que siempre se presentaba junto con la Traición.

El niño traumatizado que toda su vida habló lo mínimo que pudo, era Edward Wilson, primer director de la CIA. Y el mundo de mentiras y principios artificiales en el que creció, era el medio de los patricios de Estados Unidos, una casta que ha tenido el estado en sus manos durante el siglo XX, y lo tiene aún.

Estoy hablando de "The Good Shepherd", la película que terminó Robert de Niro el año pasado. La ilustración que encabeza este texto tiene que ver con la película por dos razones.

Una, es que una de las bellezas que hace esta egregia institución es soltar enjambres de langostas sobre la floreciente "empresa de café Maya" que estaba amenazando los intereses del capital gringo. Supongo que esa campaña fue bastante exitosa, porque fue pocos años después desde Guatemala donde comenzó a operar la famosa "United Fruit Company", que inauguró en Colombia la pintoresca costumbre de las masacres tecnificadas.

La otra, es que las langostas son simplemente saltamontes, que viven tranquilamente comiendo hierbita, hasta que la densidad de su población sobrepasa un valor crítico. Es ahí cuando se convierten en la plaga bíblica que asola regiones enteras. Siempre me ha parecido una buena analogía de la economía de mercado, que es la mano invisible que arruina la vida de Wilson, nuestro pobre diablo, y otras tantas. Es la ambición humana, el interés del ego, que es sano cuando está bajo control, pero que cuando se sale de control tiende a agotar todos los recursos disponibles.

Edward Wilson no se siente parte de un enjambre de langostas. Él está defendiendo un pais idílico de anglosajones que han sido americanos durante varias generaciones, donde, en sus propias palabras, aún los irlandeses, latinos y otras etnias "sólo están de paso".

En la promoción de la película, se insinúa que el tema central es la renuncia de protagonista a llevar una vida familiar normal, por amor a su pais y a sus principios. En realidad, mi opinión es que la fuerza que mueve a este personaje a lo largo de la película es el miedo del demonio de la mentira y la traición que él sospecha agazapado en su interior.

Las dos mujeres en su vida ven en él a un hombre silencioso e introvertido, aparentemente más decente que esos petardos arrogantes de su clase, con incluso alguna sensibilidad para la música y la poesía. La primera, Laura, interpretada por Tammy Blanchard, es una mujer sorda hermosísima y adorable que conoce en una biblioteca, y no tiene nada que ver con su mundo. Él encuentra con ella un oasis en medio de la habitual sordidez de su vida, pero finalmente la deja, sin que medie palabra alguna (el mudo y ella sorda), porque su mundo lo reclama para casarse con la hermana de un compañero de sociedad secreta, que quedó embarazada de él tras un desliz en una fiesta.

Clove, la hermana de su cófrade, es interpretada magistralmente por Angelina Jolie (la "dama del labio goldo"). Es una mujer de sociedad, con una vida ligera y sin preocupaciones, que se enamora a primera vista de él y aspira a vivir una vida normal de familia oligarca gringa. Pero la "llamada del deber", es decir, la huída de su demonio interno, lo lleva a prestar servicio en el Londres bajo el bombardeo alemán, y a quedarse fuera por 5 años. Durante ese tiempo, Clove parece ser incapaz de continuar su vida frívola, y asume el papel de madre solitaria y un poco amargada. Otra que fue abandonada sin mediar apenas palabra. Cuando Wilson vuelve, no sólo no puede recuperar su vida familiar, sino que además le da un tiro de gracia mediante otro desliz con Laura, debidamente documentado con fotos que le son entregadas a su esposa al mejor estilo de los servicios de inteligencia.

La película está contada en un cuidadoso desorden cronológico, que gira alrededor de la investigación de una traición que condujo al desastre militar de Bahía Cochinos, investigación de la cual no me voy a ocupar. Es curioso cómo, en el curso de las investigaciones, la presencia de los espías rusos es incluso agradable; uno de ellos es de hecho una especie de compañero de trabajo de Wilson, que de ser abiertamente un valioso colaborador contra los nazis, pasó a ser un contacto amigable con la KGB (da a veces la impresión de ser el único amigo de este personaje), pero al mismo tiempo su más eficaz enemigo.

Se me quedan muchas cosas por decir, lo cual no me extraña de una película de casi 3 horas. Muchas de ellas, además, son importantísimas en la película. Sólo mencionaré una mas, que fue uno de los detalles que más me impresionó, y cuya función y motivación en la película me ha puesto a pensar mucho.

En un momento dado, aparece un espía que trata de desertar de la KGB, diciendo ser un tal Valentin Miranov. Sólo que alguien que los había convencido de ser él ya estaba colaborando con ellos. De modo que el nuevo Mironov fue interrogado a la usanza de la CIA. No por Wilson, sino por su asistente neoyorquino-italiano, un tipo sencillo y rudo de los que hacen el trabajo sucio en las películas. Pero de Niro minimiza las crudas escenas de una tortura, dándonos una escena mucho más interesante. Después de un interrogatorio estándar, al espía desnudo, cubierto de moretones y con la cara inflamada, le administran una droga novedosa que está siendo probada como suero de la verdad: LSD.
Después de una especie de regresión a la niñez, el espía entra en una especie de trance, y da un convincente discurso: la Unión Soviética no es una amenaza para los Estados Unidos, y la guerra fría es una ficción que utilizan las élites para mantener el poder. Finalmente, dice que él es libre, y salta por la ventana para morir estrellado contra la calle. Una escena poderosa. Debo confesar que me encanta que metan ese manifiesto en la película, y más con la forma de una revelación sicodélica.

En conclusión, la película es para mi la historia de un cierto tipo de víctimas de la guerra. Para mi, las guerras siempre son poco más o menos que gente dándose machete en un barrial, sin nada honorable o glamouroso involucrado. Y el espionaje es una mezcla de eso con peleas de comadres chismosas, en una escala más grande.

lunes, marzo 05, 2007

FILA DE BOTELLAS EN LA VENTANA

IMAGEN: "Chinese Dinner Party" ilustración en "WORDS WITHIN WORDS" una recopilación de escritos de Stella Benson, en edición en linea del proyecto Gutenberg.


Recuerdo cuando en EL SARCASMO, blog de nuestro amigo Santiago Reed-Durden, había una sección titulada "ESTA MAÑANA ME LEVANTÉ Y ME PREPARÉ UN PAN TOSTADO". En esos días yo no tenía un blog ni la intención de abrir uno, pero debo reconocer que me daba envidia tener un blog con una sección que se llame así. Lo mas cerca que puedo llegar a esas cimas de cotidianidad es el título de este post.

El título se refiere a un nuevo escalamiento en las actividades lúdicas de mi vecino el Emperador Chino y su Corte (título otorgado por el filósofo griego) que ya no se privan de acumular en la ventana de la sala el medio centenar de botellas de cerveza que consumen semanalmente.

Pero yo no me quejo. Para nada. Es una corte escandalosa y parrandera, pero eso no me ha molestado en lo mas mínimo, porque además son todo lo agradables con nosotros los bárbaros que permite nuestra precaria comunicación en inglés. Además, nuestro apartamento me parece un oasis del orden después de haber estado el viernes en una fiesta de ERASMUS en un bloque a dos puertas del nuestro, que dejó el respectivo apartamento más o menos como la Segunda Guerra dejó a Europa.

La fiesta, como probablemente ya hayan pensado los lectores más suspicaces, era para europeos, con la cláusula de que podían llevar a sus amigos. De modo que ahí fuimos a parar algunos asiáticos, africanos, y latinoamericanos. Una cláusula muy sabia, porque entre los europeos siempre cabe el peligro de que los matafiestas europeos hagan masa crítica, y eso se puede evitar diluyéndolos con individuos más tropicales, entre los cuales los matafiestas son mas escasos.

Fue una fiesta un poco extraña, porque no había música. Lo que más se oía eran las exclamaciones de los italianos, usualmente acompañadas de amplios gestos. Los españoles no muy numerosos y por lo tanto más bien humildes, recluídos, como de costumbre, en un pequeño círculo sin interactuar mucho con los demás, tal vez un poco acomplejados por la dificultad que representa para ellos el inglés. Igual algunos pocos chinos, que de todos modos parecían esforzarse por encajar bastante más que los españoles. Unos pocos alemanes, que en algunos casos parecían evitarse entre sí (no creo que esto sea sintomático, bien puede haber sido casualidad, porque creo que sólo había 3).

Yo iba con el ingeniero alemán, que fue tal vez con el que más conversé, aunque también hablé bastante con algunos africanos, maestros en el arte de moverse socialmente como peces en el agua, cada cual a su manera (bastante diferentes, ellos, entre sí). También con un chileno desquiciado (¿porqué habrá tantos de esos?), y con un español de Alicante que andaba zafado del grupito más bien aburrido de ibéricos.

Y ese es el informe sobre la primera fiesta de estudiantes a la que he concurrido en suelo británico. Nada fuera de lo común.

El siguiente día, hubo reunión de la sociedad filosófica del 69 Kelvinhaugh Street, donde discutimos el tema actual de interés de Dimitri: el Estado y la Anarquía. Debo reconocer que esas reuniones para discutir temas filosóficos me han hecho la vida bastante más llevadera en Glasgow, y supongo que están ayudando a que mi inglés sea menos precario. Esa maña de discutir temas académicos ajenos a mi profesión a un nivel semi-amateur, creo que jamás voy a poder sacudírmela. Además, me dan cuerda para el blog. En este post no voy a poner nada todavía sobre el Estado y la Anarquía, pero espero hacerlo pronto en mi blog en inglés, con posterior traducción al español.

COMPREN, COMPREN