Para comenzar, una aclaración sobre el título. Se trata de una frase atribuída a Jesucristo en los evangelios de Mateo y Marcos, que aparentemente han sido un quebradero de cabeza para los estudiosos de la Biblia. En mi opinión, es otro de tantos casos en los que la experiencia mística no encaja bien en la religión. Sin embargo, un antropólogo de la religión no tendrá tantos problemas para explicarla como un teólogo, porque es el reflejo de un rasgo universal en la experiencia mística: lo que San Juan de la Cruz llamaba la "noche oscura del alma"
Antes de explicar de qué se trata esta noche oscura, entro en materia. Hace poco se publicó un libro sobre la madre Teresa de Calcuta, que recopila buena parte de su correspondencia, y revela algo sorprendente: la santa vivió medio siglo inmersa en una enorme crisis de fe. Podría decirse que, en cierto modo, dejó de creer en Dios. Lo cual es, para algunos, increíble si se tiene en cuenta la vida piadosa e incluso aparentemente feliz que llevó durante todo ese tiempo. Para mí tal vez no sea increíble, pero es de todos modos impresionante.
Recuerdo un pasaje de la biografía magnífica de san Francisco de Asís que escribió Niko Kazantzakis, donde él, viejo, enfermo y completamente tostado (en el buen sentido) a punta de ayuno y privaciones materiales, le confió a su confesor una duda terrible: sospechaba que la muestra máxima de amor a Dios no era renunciar al mundo, sino renunciar al Cielo, es decir, a la mismísima presencia de Dios. Para el santo, la experiencia mística, la disolución en la luz infinita de Dios comenzó a verse como uno más de los hábitos de su carne, una veleidad de su ego. Se preguntaba si la santidad no era otro hedonismo: uno que buscaba la felicidad inmensa de la comunión con Dios. Dudaba, en el fondo , si esa no era otra de las etapas que debía dejar atrás, como lo había hecho con los hedonismos del mundo, para ir en pos de Dios.
Esta etapa en la que la persona se ve privada de percibir la omnipresencia de Dios, es lo que san Juan de la Cruz llamó "la noche oscura del alma". Un tipo de sufrimiento diferente al que podemos imaginar. También se encuentran referencias a este estado en otras tradiciones, algunas incluso no religiosas. Recuerdo por ejemplo las "emergencias espirituales" de las que habla el sicólogo transpersonal Stanislav Groff, que comienzan con una etapa de desequilibrio y aparente locura angustiante, pasan a una de revelación y contemplación intensa, feliz y tranquila, para desembocar finalmente en una desaparición total de todas las experiencias espirituales, que se experimenta como algo tremendamente triste y difícil, por contraste con la segunda etapa. Noche oscura. Así como muchos teólogos dicen que el paraíso es la comunión directa con Dios, su ausencia es el Infierno.
La madre Teresa vivió, como decía, medio siglo privada de las experiencias místicas de contemplación que la extasiaron en su juventud, sin una verdadera convicción en la existencia de Dios. Se ha insinuado que eso es técnicamente ateísmo, y algunos periodistas francamente descachados han dicho que la revelación "ha hecho las delicias de los detractores de la santa". Aunque yo sí pienso que eso en efecto es ateísmo, y que incluso no puede decirse que uno sea realmente católico si no tiene realmente fe en Dios, pienso que la crisis de la madre Teresa es la mayor prueba de su santidad.
En los libros de Castaneda se habla reiteradamente de algo que él llama la "impecabilidad del guerrero" que lo lleva a actuar perfectamente de acuerdo con su papel aún cuando haya perdido todas las esperanzas y posibles motivaciones, mientras espera el golpe de su fracaso, sin abandonarse a una desesperación llorona que no es más que otra forma de ser tiranizado por el ego. De hecho, insinúa que en la búsqueda verdadera de la libertad, ese siempre es el caso antes de lograr el objetivo. El guerrero nunca conoce la libertad sin haber sabido que jamás iba a tener éxito en su conquista. Y está de más decir que la santa llevó una vida impecable.
No puedo más que disentir de su apego a la doctrina oficial católica, pero debo reconocer que la madre Teresa siempre pregonó una ética absolutamente integral y desligada de la ilusión de la individualidad, una ética basada en que la separación entre conciencias es ilusoria, como la que yo he tratado de delinear en algún post anterior. Aquella certeza de que la conciencia no es el ego que llevaba al san Francisco de Asís de Kazantzakis a decir, cuando le preguntaban si no sufría su vida durísima y absolutamente abnegada: "si, alguien sufre"
En una de las pocas acciones del vaticano que provocan mi simpatía, dijeron que la revelación de su ateísmo no impedirá su canonización. Habrán notado que la he llamado santa. Lo he hecho, porque para mí eso no debería depender de que haga milagros. Me niego a adoptar el criterio de la Santa Madre Iglesia, que canoniza a personas como José María Escrivá de Balaguer y otras joyitas aún peores.
Para el que quiera saber más, acá dejo un enlace al excelente artículo en la revista TIME. Está en inglés, pero qué le vamos a hacer. Para buscar algo en españo, siempre están los motores de búsqueda.
Recuerdo un pasaje de la biografía magnífica de san Francisco de Asís que escribió Niko Kazantzakis, donde él, viejo, enfermo y completamente tostado (en el buen sentido) a punta de ayuno y privaciones materiales, le confió a su confesor una duda terrible: sospechaba que la muestra máxima de amor a Dios no era renunciar al mundo, sino renunciar al Cielo, es decir, a la mismísima presencia de Dios. Para el santo, la experiencia mística, la disolución en la luz infinita de Dios comenzó a verse como uno más de los hábitos de su carne, una veleidad de su ego. Se preguntaba si la santidad no era otro hedonismo: uno que buscaba la felicidad inmensa de la comunión con Dios. Dudaba, en el fondo , si esa no era otra de las etapas que debía dejar atrás, como lo había hecho con los hedonismos del mundo, para ir en pos de Dios.
Esta etapa en la que la persona se ve privada de percibir la omnipresencia de Dios, es lo que san Juan de la Cruz llamó "la noche oscura del alma". Un tipo de sufrimiento diferente al que podemos imaginar. También se encuentran referencias a este estado en otras tradiciones, algunas incluso no religiosas. Recuerdo por ejemplo las "emergencias espirituales" de las que habla el sicólogo transpersonal Stanislav Groff, que comienzan con una etapa de desequilibrio y aparente locura angustiante, pasan a una de revelación y contemplación intensa, feliz y tranquila, para desembocar finalmente en una desaparición total de todas las experiencias espirituales, que se experimenta como algo tremendamente triste y difícil, por contraste con la segunda etapa. Noche oscura. Así como muchos teólogos dicen que el paraíso es la comunión directa con Dios, su ausencia es el Infierno.
La madre Teresa vivió, como decía, medio siglo privada de las experiencias místicas de contemplación que la extasiaron en su juventud, sin una verdadera convicción en la existencia de Dios. Se ha insinuado que eso es técnicamente ateísmo, y algunos periodistas francamente descachados han dicho que la revelación "ha hecho las delicias de los detractores de la santa". Aunque yo sí pienso que eso en efecto es ateísmo, y que incluso no puede decirse que uno sea realmente católico si no tiene realmente fe en Dios, pienso que la crisis de la madre Teresa es la mayor prueba de su santidad.
En los libros de Castaneda se habla reiteradamente de algo que él llama la "impecabilidad del guerrero" que lo lleva a actuar perfectamente de acuerdo con su papel aún cuando haya perdido todas las esperanzas y posibles motivaciones, mientras espera el golpe de su fracaso, sin abandonarse a una desesperación llorona que no es más que otra forma de ser tiranizado por el ego. De hecho, insinúa que en la búsqueda verdadera de la libertad, ese siempre es el caso antes de lograr el objetivo. El guerrero nunca conoce la libertad sin haber sabido que jamás iba a tener éxito en su conquista. Y está de más decir que la santa llevó una vida impecable.
No puedo más que disentir de su apego a la doctrina oficial católica, pero debo reconocer que la madre Teresa siempre pregonó una ética absolutamente integral y desligada de la ilusión de la individualidad, una ética basada en que la separación entre conciencias es ilusoria, como la que yo he tratado de delinear en algún post anterior. Aquella certeza de que la conciencia no es el ego que llevaba al san Francisco de Asís de Kazantzakis a decir, cuando le preguntaban si no sufría su vida durísima y absolutamente abnegada: "si, alguien sufre"
En una de las pocas acciones del vaticano que provocan mi simpatía, dijeron que la revelación de su ateísmo no impedirá su canonización. Habrán notado que la he llamado santa. Lo he hecho, porque para mí eso no debería depender de que haga milagros. Me niego a adoptar el criterio de la Santa Madre Iglesia, que canoniza a personas como José María Escrivá de Balaguer y otras joyitas aún peores.
Para el que quiera saber más, acá dejo un enlace al excelente artículo en la revista TIME. Está en inglés, pero qué le vamos a hacer. Para buscar algo en españo, siempre están los motores de búsqueda.
10 comentarios:
"yo soy el camino, la luz y la vida", esa es otra que me parece una caspa.
A veces es peligroso y comun el que el intento de conceptualizar las cosas haga que uno termine adquiriendo una posicion mas que viviendo lo que persigue. Sin embargo tantas veces es necesario como primer paso.
Un tercer saludo en el dia de hoy.
Uy, esa frase del camino la verdad y la vida es muy rayadorcita. Qué paila.
No creo que haya una fórmula para degradar la búsqueda espiritual hasta convertirla en religión cómoda, cerrada y de hábitos, pero sí hay varios tips en algunas tradiciones, como eso de "matar al buda"
Y, en efecto, en muchos casos la religión común y silvestre es necesariamente el primer paso de algo mucho más interesante. Lo importante es que no haya regresión allá.
Gracias por los saludos múltiples.
Que tiene la India que engendra personajes como La madre Teresa o Gandhi?
Si nos dejaramos llevar por la lógica del sacrificio en busca del paraíso celestial, estariamos hablando de ego. De pagar el cielo con cuotas diarias de sacrificio y asegurar la inversión.
Si hablamos de sacrificio verdadero entonces habria que renunciar al cielo y atender a las almas en pena del infierno para darles una condena más llevadera y mostrar santidad en este y el oro mundo.
Pero algo me dice que no es asi. El servicio a los demás debe estar desligado de todo interes terrenal y espiritual, solo por ayudar y sentir la satisfaccion de que hice sufrir menos a alguien. Punto.
Ahora como se deba actuar nadie lo sabe. Consulta tu conciencia... Y si no la tienes cosulta a un especialista.
Como es la cosa al otro lado... No sé pero como dice un amigo:
"Todos estamos condenados irremediablemente a ser felices."
Lo que menos le interesaba a la madre Teresa era la opinión del vaticano, pero que bueno que muestren delicadeza y coherencia en sus procederes asi corrigen lo que hicieron en la época del oscurantismo y edad media.
Que bueno leer sobre la madre Teresa y no sobre Diana de Gales. La primera merece más recordación y la segunda merece más quietud y que dejen de hablar de ella.
La madre Teresa salvó su reputación ante mis ojos al haber reconocido su duda. Ahora sí puedo autorizarme a pensar que su vida fue de santa.
Por otro lado, Bochica pregunta: "Que tiene la India que engendra personajes como La madre Teresa o Gandhi?"
Fakires. Una tradición milenaria de gente que se gana la vida inflingiéndose dolor. No es tan difícil que lo que es un negocio mundano se convierta en un negocio mejor al insertarle un elemento sobrenatural. O político? Ahora, no estoy diciendo que la madre Teresa ni Gandhi fueran negociantes en el sentido 'vulgar', pero estaban maximizando sus utilidades en otros campos, por ejemplo el del capital simbólico. El capital simbólico acumulado por ambos, es decir, el haberse construido una imagen de santidad y desinterés, era lo que les permitía ganar apoyo para sus proyectos altruistas. La tradición del fakir en sus distintas manifestaciones (pagar por ver a alguien sufrir) ha sido suplida en el mundo occidental por el trabajo capitalista.
Bochica: La madre Teresa no proviene de la India ni fue criada ni educada tampoco allá, sino que terminó en Calcuta debido a las condiciones terribles en las que vivían (viven) los pobres en esa ciudad. Ella, de hecho, era de nacionalidad albanesa, y de nombre Agnes Gonxha Bojaxhiu.
Sin embargo, no está de más resaltar que la India ha sido un centro de civilización importantísimo. La mayoría de los idiomas europeos, incluyendo el latín y el griego, creo que vienen del sánscrito, al igual que muchas de las características de lo que hoy se conoce como la cultura "occidental". De modo que la India es una referencia obligada para la historia de la cultura actual. Aparte, claro, de la cosa religiosa. El buda histórico, se supone que nació por última vez en el Nepal, pero predicó principalmente en la India, siendo éste el primer foco de diseminación del budismo. E incluso antes de eso, posiblemente casi un milenio antes (el budismo data como del 600 A.C.) los pueblos védicos (precursores de las actuales razas blancas, los "arios") llevaron a la india una técnica de entrenamiento corporal y mental que se desarrolló en los diversos yogas.
¿por qué en la india? quién sabe.
Y tienes toda la razón, actuar pensando en premios y castigos es bastante primitivo; en etapas más avanzadas de desarrollo moral se espera que uno actúe de cierta manera porque encuentra en ello el placer de la armonía, el placer de participar en el desenvolvimiento de la conciencia. Un placer inmediato, que tal vez ni siquiera es un placer, sino felicidad, o la misma conciencia. En esas estapas, las categorías pensadas para ser usadas por egos separados y dolientes tal vez no funcionen muy bien.
En todo caso, me ha parecido extraño que en diversas ocasiones la madre Teresa sí se pronunció apoyando la doctrina oficial del vaticano, por ejemplo en lo que respecta al aborto. Aunque ella sabía bien que una prohibición legal no lo evita, sino que condena a miles de mujeres a morir durante abortos ilegales.
Shoegazer: Igual me pasó a mi; me parece doblemente santa por haber sido atea. Aunque algunos periodistas bestias insinúen que ese era un defecto de la madre teresa, es en realidad el mayor de sus méritos.
Lo que sí prueba, es que no es la fe irracional lo único que puede sustentar una moral altruista ni una vida virtuosa, como aseguran los fundamentalistas religiosos y algunos religiosos ingenuos. De hecho, sospecho que si se estudia la correlación entre la simple fe y la tendencia a evitar sufrimiento ajeno, probablemente la fe resultara siendo un factor negativo.
Lo que predispone a las personas a la bondad no es la misma fe, sino la manera cómo perciben a los demás. La historia es abundante en ateos que han vivido una vida más virtuosa que muchos santos rezanderos.
En todo caso, me parece que lo que ocurre es que hay diversos caminos para desarrollar la conciencia; unos pasan por la religión, y otros no. Y los que pasan por la religión, sólo pasan temporalmente por ahí.
Ah, y sobre los faquires. Supongo que son lo que queda después de que siglos de espectadores sedientos de exotismo desarrollaron un mecanismo de sostenimiento de la práctica de los santones a través del entretenimiento del público. Algo bastante curioso.
Desde hace años pienso que Judas es el verdadero héroe de todo el rollo y eso de que la muestra máxima de amor a Dios no era renunciar al mundo, sino renunciar al Cielo, es decir, a la mismísima presencia de Dios justifica un poco el sacrificio que hizo para que se cumpliera todo. En "Tres versiones de Judas" de Borges hay una muy buena descripción de cierta inevitabilidad en todo el asunto. Básicamente, Judas hace lo que tiene que hacer, así no esté convencido, porque es lo correcto. Se parece a esa impecabilidad que mencionas. Y de ahí brinco al cuento de la muerte siempre presente en los samurai: saber que estamos muertos nos libera. Es (casi) como reconectarse con lo eterno divino al reconocer la finitud.
Andrés David: En efecto, Judas parece ser un buen ejemplo de altruismo total. Aunque no hizo como sugieren los de Kortatu (el grupo de punk vasco) "Que reparta las monedas que por el hippie le dieron". Y, claro, por eso mismo, se puede, y se ha hecho, un personaje literario interesante.
No hacía falta que aparecieran los negociantes de la polémica teológica para que a los escritores se les ocurriera que Judas era un bacán. Cuando sea suficientemente famoso y apreciado, los escoceses van a comenzar a decir que era escocés, porque dizque era pelirrojo.
Aparte, totalmente de acuerdo con lo de llegar a lo ilimitado a través de la finitud, etcétera. Es algo que es recurrente en todas las tradiciones iniciáticas serias. De hecho, yo uso eso como criterio para juzgar si un autor tostado es un charlatán sin esperanzas; si le quita importancia a lo limitado, a las cosas pequeñas, eso es la mejor razón para sospechar que es un farsante. Por ejemplo, recuerdo haber pensado eso de Samael Aun Weor, el iniciado soachuno. Son autores que fueron incapaces de sacudirse el discurso arbitrario de la autosuperación.
El místico, por eso, no se distingue del creyente a duras penas que somos la mayor parte de los creyentes; no se distingue del no creyente a duras penas que todos llevamos dentro, por haber salido de la noche en la que el resto de mortales estamos sumidos. Se distingue por haber progresado en la noche lo suficiente para que la noche sea para él “amable como la alborada”; por haberse hundido en ella tanto que la noche es para él otra forma de luz: et nox illuminatio mea…, y la noche es mi luz.
En ningún lugar de la historia veo realizada esta condición de la experiencia de Dios en la que culmina la experiencia mística como en la cruz de Jesucristo, en quien, para mi fe, Dios se revela de forma definitiva y por eso insuperablemente oscura.
En el evangelio de Marcos Jesús muere clamando con un gran grito:”Dios mío, Dios mío¿por qué me has abandonado?”. No es como han querido algunos, la señal de que la fe de Jesús se haya derrumbado. No era necesario que el evangelio de Lucas le hiciese morir diciendo “Padre, en tus manos encomiendo mi vida”, para saberlo. La experiencia del desamparo del Padre, la queja a gritos por ese desamparo es la expresión, la proclamación más formidable por parte de Jesús de la conciencia, de la aceptación de la presencia del Padre; nunca más oscura; nunca más cierta; nunca más ciertamente experiencia de fe.
Juan Martín Velasco
De noche iremos , de noche,
Sin luna iremos, sin luna,
que para encontrar la fuente
sólo la sed nos alumbra.
L. Rosales.
Lo que me desespera de la madrecita es su amor al dolor de quienes ayudaba. su falsa aura de santidad dependía 100% de eso, esa simbiosis entre quienes ayudan supuestamnte de manera desinteresada y sus ayudados.
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